
Para Gonzalo y su curiosidad contagiosa
Allá por los años 60 del siglo XX, el porcentaje de población rural en el continente africano era de alrededor un 85% mientras que a día de hoy, ese porcentaje se acerca al 50%. Estas cifras parecen traducen el movimiento masivo que ha habido desde el campo a las ciudades africanas. Sin embargo, el crecimiento demográfico ha hecho que, en números absolutos, se haya triplicado la cifra de habitantes de esas zonas rurales, lo que nos pueda dar a entender que el campo africano mantiene su pujanza y vitalidad. Aunque, como pasa muchas más veces de lo que pensamos, quizá esos datos no nos digan absoultamente nada. Porque, como el caso que nos ocupa, a menudo alientan una dicotomía falsa, esa que que establece una línea entre lo urbano y lo rural, entre aquello que se vive dentro de las murallas de las ciudades y lo que se siente con el contacto directo de la naturaleza. Como si las aspiraciones profundas de un campesino sean muy diferentes a las de una ejecutiva; como si aquellas personas que llegan a la ciudad no llevaran consigo el poso de lo aprendido en sus pueblos; como si la gente de estos lugares no fuera consciente de lo que cuece en las urbes de su país. Esta lista de música, mucho menos exacta que la estadística, deja entrever esas zonas de transición entre ambos mundos para hacerlos uno solo. Kolinga nos trasladará al corazón del Congo en un viaje onírico repleto de delicadeza pero también de exuberancia. Desde Chad, AfrotoniX nos mostrará su facilidad para encajar la música electrónica con los ritmos tradicionales (también las luchas) de su país con Ayé Ayé. Será Fatoumata Diawara quien, con Nsera y la crudeza de la guerra, nos ilustrará ese viaje, duro pero enriquecedor, entre las casas de adobe y paja y los edificios de ladrillo. Y si hablamos de conflicto, es el sursudanés Emmanuel Jal quien ya hace tiempo, desde su experiencia de niño de la guerra, ha sabido canalizar su energía malograda en una música vitalista y celebratoria, como demuestra en Chaak, cargada de fiesta y Afrohouse. En esa línea se encuentra Batuk, a medias entre Mozambique y Sudáfrica, que por esa misma razón es capaz de llevar la música de estas tierras sobrevolando cualquier frontera: también, por supuesto, aquella ficticia entre lo rural y lo urbano.
1. Kongo de Kolinga (feat Gaël Faye)
2. Ayé Ayé de AfrotroniX
3. Nsera de Fatoumata Diawara (feat. Damon Albarn)
4. Chaak de Emmanuel Jal (feat. Bun Xapa)
5. Daniel de Batuk