Home Mientras tanto Niebla roja, rojo amanecer

Niebla roja, rojo amanecer

 

 

Hoy ha amanecido con niebla. Niebla roja.
Cuando a las 6 de la mañana he ido a echar los restos de la cena a los restos de Pepsi, mi perro, ahí  tirado como muerto, pero sólo dormido el muy vago, me he sorprendido porque el amanecer era rojo, como el título de una película.

 

     

La de la derecha está hecha con flash, lo que se ve es el polvo en suspensión en el aire (que respiramos)

 

Conforme ha ido pasando el tiempo ha seguido igual, una densa nube de polvo rojo que todo lo cubría. Aquí polvo, en cualquiera de sus acepciones, hay mucho y todos son peligrosos. Si polvo, entendido como coito y con riesgo, ha llevado casi a acabar con una generación y disminuir la esperanza de vida desde los 53 a los 46 años en poco tiempo, el otro polvo, ‘parte más menuda y deshecha de la tierra muy seca que con cualquier movimiento se levanta en el aire’, provoca tantas muertes como el anterior, sobre todo entre los ancianos y los niños.
Mucha gente va con mascarilla por la calle, hoy casi todo el mundo se cubría con lo que podía, porque tiene mucho peligro.  Una de las mayores causas de mortandad son afecciones en las vías respiratorias, propiciadas por este polvo rojo, que en la estación seca está tan presente. Hasta el sol quema menos con estas calimas.

Otra de las consecuencias de estos vientos, el harmattan, que traen estos polvos del desierto son las epidemias de meningitis.
Cuando he ido a coger el coche para venir a Ouagadougou estaba cubierto por una buena capa de ese polvo rojo que no se depositará hasta que vuelvan las lluvias dentro de un mes. A menos que comiencen las primeras ‘lluvias de los mangos’ antes de empezar la temporada del monzón a finales de mayo. El viaje ha sido penoso, a poco más de 60 km/h, temeroso de tragarme alguno de los animales que suelen cruzar la carretera. Un día maté 4 palomas (por separado) y un pájaro, pero lo peor son las vacas y los burros, que pueden hacerte una buena avería.

 

La carretera estaba difícil, cuando intenté adelantar a este autobús me apareció el diablo sobre ruedas de frente (un autobús de STAFF, la compañía más peligrosa). Me salvé de milagro

 

Dice el Ministro de Sanidad en el periódico que he comprado al llegar a Ouaga que a 18 de abril, hay registrados 5.118 casos de meningitis y 718 muertos en la Región del Norte, donde vivo y que es la zona saheliana. Yo estoy vacunado, o eso creía, pero aclara el Ministro que la Neisseria Meningitidis X es una nueva cepa de meningococo para la que no hay vacuna. Mi gozo en un pozo con el meningococo.
Con la querencia que estoy cogiendo a pillarme todas las enfermedades espero que ésta me respete. No sé con qué pintar la puerta de mi casa para que el ángel exterminador pase de largo. Con no tener muchos disgustos creo que será suficiente.
Iluso de mí esta mañana pensé que lo mismo eran restos del volcán islandés y que los graves problemas del primer mundo (cancelación de algunos vuelos comerciales) nos acabarían afectando a los burkineses. Lo cual, aquí, no es tan terrible porque creo que no hay más de 6 vuelos al día (entradas y salidas) y no todos los días. Había leído en un artículo del Colectivo Ciencia (https://www.fronterad.com?q=node/1198) sobre los efectos que tuvo otra erupción similar en Islandia en 1784 y cómo se inundó con lluvias torrenciales el Sahel y otras consecuencias más trágicas. Así que pensé que como las plagas bíblicas primero nos llegaba esa niebla de polvo y luego vendrían las lluvias torrenciales, que arrasarían casas de adobe, las escasas propiedades y las cosechas en ciernes, dependiendo de cuándo llegaran…
Pero entre medias Dios nos ha metido las epidemias de meningitis.

 

Llovió y se limpió el aire… Y se anegó todo. Esta es mi calle cuando llueve, bajan ríos de agua por todas partes

 

No han vuelto a publicar, ni dar noticia alguna de los afectados, ni de los muertos. Me explican que no son buenas noticias y que estamos en año electoral, que mejor que no se sepa mucho más que no da muy buena imagen al Gobierno.

 

  

La Naturaleza es sorprendente, al día siguiente de llover había insectos por todas partes. Y bichos para darse un festín. Lo malo es que a partir de ahora los mosquitos no nos dejarán hasta fin de año. Lo cual supone riesgo de malaria

 

Afortunadamente ayer llovió en casi todo el país, aquí en el norte es donde más falta hacía para atajar el polvo que transporta las bacterias.

Ya os contaré hasta dónde llegó el nivel de las aguas y de las muertes.

 

GALERÍA DE RETRATOS DE JAVIER NAVAS

22=04=2010

Salir de la versión móvil