Somos paletos, somos pedantes (como hablantes). Y ya de paso, somos ignorantes. Ha salido en verso, pero no tiene nada de poético. Ningún cisne, si le robo un título a Manolo Rivas… En la SER hay una sección semanal que corrige los errores lingüísticos, pero muchos y muchas de sus periodistas han decidido que oir y escuchar son lo mismo en castellano, o que basta con escuchar para todo uso, y ese feo y empobrecedor error avanza a toda máquina.
“No le escucho bien; ¿me escucha?, es que no se le escuchaba bien”, etc. etc. Con la misma lógica se podría eliminar el verbo mirar, o el ver. ¿Para qué tanto lío? Con uno nos arreglamos. Eso sí, el verbo poder seguirá siendo el perejil de todas las salsas. Quizás está influyendo que en América oir y escuchar se usan indistintamente, al menos en Colombia, me informa mi dentista.
En la radio oigo (y escucho muy atenta) que a lo mejor “se pueden hacer una especie de jirins” (hearings). Y apostilla otro: “Yo soy un fanático de los jirins”. Habría que decir audiencias, pero mola menos. También nos hacemos un tattoo, no un tatuaje, en el tren se nos ofrece el menú muffin (madalenas de toda la vida) y en vez de batidos nos sirven smoothies (que son demasiado espesos). Y esto es sólo una pequeña muestra; pequeña y cansina.
Si los medios de comunicación, sobre todo los que tienen más prestigio, no se interesan por la calidad del lenguaje, apaga y vámonos. Y si la RAE admite bizarro, como acaba de hacer, con el sentido de raro, extravagante, chocante, y no con el que ya tenía (apuesto, lucido, valiente, esforzado), sin ninguna necesidad, ¿qué se les puede pedir a los hablantes de la p… base? Prácticamente nadie usa bizarro en ese sentido, nadie normalito, quiero decir; sólo a veces un puñado de esnobs pretenciosos, cuando quieren mostrar una pátina de cosmopolitismo, pero eso es todo.
Se usa mucho más friki, que no deja de ser una moda, quizás pasajera, pero sí muy extendida. Debo estar confundida, porque tenía entendido que la RAE admite –o incorpora- palabras que los hablantes han hecho suyas por el uso. Este no es el caso, señores y señoras académicos y académicas (¡qué espesa es la corrección política!). Bizarro no se usa. Ni creo que se vaya a usar. Ustedes, por si acaso, no den ideas, ¡por favor!