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Mientras tantoNo es tiempo de conmemoraciones

No es tiempo de conmemoraciones


 

No es tiempo de conmemoraciones,
sino de necesidad:
de lluvia que insista mansamente,
de atravesar los campos nevados
pese a quien pese
para llegar a la secuela.

Según Aristóteles
“en la poesía hay más verdad que en la historia”.
¿Es hora de reír?
¿Es hora de aplaudir?
¿Es hora de callarse?

Aunque ahora nos dé la impresión
de que el mapa arde
por los cuatro costados:
desde Vancouver a Siberia
pasando por Helsinki
y el país de las rías
que vio la condesa de Pardo Bazán.

*    *    *

Se supone,
debo estar alerta
como un cazador de antílopes.
Apostado junto a la ventana
con la espalda cubierta
puedo acechar piezas de un elenco amplísimo
y al mismo tiempo vigilar la puerta.
La condición humana
sirve para escribir novelas,
pero no para la poesía.

¿O sí?

Se hace tarde.
El poeta tiene hora de oficina
al menos en el siglo XIX
cuando en las oficinas
el tiempo era dúctil y maleable.

*    *   *

La Unión Europea mira para otro lado
mientras Libia maltrata migrantes:
“La muerte en Libia
es normal:
nadie se preocupa de ti,
y nadie te va a encontrar”.
Jamal
nombre ficticio
emigrante detenido
en uno de los antros
del Ministerio del Interior libio
citado por Amnistía Internacional
citado por el diario portugués Público.

*    *    *

¿Cómo eran de fuertes y blancos
los hombros de la doctora judía Sofía Ósipovna
que “nadie había besado”?

*    *    *

Aristóteles
no tiene una aplicación
en los maizales,
pero creo
que muchas viejas estaciones de ferrocarril
cayéndose a pedazos
podrían volver a tener
una razón de ser
y que tal vez
la gente
vuelva a leer periódicos de papel
y en cada pueblo
se abra una biblioteca
para que leamos
el sentido de la vida.
Entre maizales.
Entre viñedos.
Entre pozos.
Con Aristóteles
Sofia Ósipovna
Pardo Bazán…

*    *    *

Pero pasar página
hacer como si la pandemia fuera historia
y no tener en cuenta
a los miles y miles y miles que se fueron en silencio
y pensar que la muerte
fue un accidente
no haría sino añadir
sal
y
vinagre
a la herida.

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