Noticia de hace 28 minutos: “El precio del alquiler en Barcelona bate nuevo récord: casi mil doscientos euros mensuales”.
Según el estudio del Observatori Metropolità de l’Habitatge de Barcelona titulado Estructura i concentració de la propietat d’habitatges a Barcelona (2022), en Barcelona hay 754.326 viviendas (alquiler y propiedad).
De estas, 290.416 entran en la categoría denominada “alquiler habitual” (no turístico).
Según el sector inmobiliario, “alquiler habitual” es el lugar en el que uno reside la mayor parte del tiempo.
A un alquiler habitual pertenece un inquilino habitual, un vecino nacido en la ciudad o fuera, pero que trabaja aquí y, generalmente, vota aquí.
Hace falta interiorizar todos estos datos y conceptos para entender que esta propuesta periodística no es más que la consecuencia, durante muchos años, de la falta de políticas institucionales claras y contundentes para dotar Barcelona de un parque asequible de viviendas al estilo europeo.
NO HOME muestra a los vecinos habituales, ya sean de alquiler o de propiedad, a punto de perder la casa en la que han pasado la mayor parte de sus vidas o una parte significativa de sus vidas.
A punto de perderla, como es el caso de Josefa Pons, cuarenta años en el número 6, bajos, de la Colònia Bausili, barrio histórico construido en el prat d’indianes de lo que hoy es La Marina (Sants-Montjuïc), patrimonio que desaparece con sus viviendas habituales y sus vecinos habituales.
A punto de perderla o bien ya perdida, como es el caso de Blanca Espinosa, de la calle de Boters.
¿Dónde vive hoy Blanca?
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