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Nostalgia de Luisito

Hizo el saque de honor Luis Suárez en Riazor y el Barca, que tuvo mal aterrizaje en Alvedro, siguió goleando en Riazor un año más como diciendo que sin goles no hay paraiso. Bonito gesto el del gran maestro coruñés al que Helenio Herrera se llevó un dia también de Barcelona para dirigir el rondo de un Inter de leyenda. Repaso estos dias en Youtube algunas imágenes de este «regista» elegante y, sobre todo, resulta una delicia ver la comparativa de estilos con Gianni Rivera, su vecino milanista de San Siro. Si Suárez era Xavi, Rivera era Iniesta, hace cuarenta y cinco años ya pero con una frescura que demuestra que este deporte es cosa de cerebros y no de zapadores.

 

Esta noche en Zurich el Barça tendrá nuevo Balón de Oro en una ceremonia en la que caben las sorpresas. Xavi merece un premio a toda esa carrera ejemplar, pero Iniesta metió el gol del año y Messi es, sin duda, el astro rey de este deporte. La neutralidad suiza decidirá. Quién parece que se va a llevar el de mejor preparador es Mourinho, que está en todas las salsas y al que le gusta gobernar en todas las áreas. El fútbol necesita su mala educación, su gesto torcido, su soberbia. Al menos eso parece según lo visto en Chamartin: a lío por partido, con el presidente torciendo el morro pero con la parroquia contenta de que los merengues tengan otra vez un ardor eléctrico.  

 

Fuera de plano, como un tizón encendido cabalga Cristiano Ronaldo, el mejor fichaje blanco desde los tiempos de Hugo Sánchez y al que todo parece provocarle cortocircuitos en su soledad de jugador de playstation. Sus números, indiscutibles, son de otro mundo, pero no está clara ni aqui ni lo estuvo en la fábrica de Manchester su aportación al juego solidario.

 

Hablando de solidaridad otra vez me maravillan ciertos momentos del Villarreal, un equipo al que la Liga española debe infinitas jornadas de felicidad. Ayer mismo tuvo el mundo en sus manos pero debió pensar, como acostumbra, que su gesta era demasiado grande para un pueblo de cincuenta mil habitantes. Una vez más el submarino está perdonado.

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