Tiene la capacidad de seducir desde ese primer momento en el que el espectador está convencido de encontrarse ante una cosa que es muy diferente a lo que realmente es. Nubes de azúcar es un sueño, una venganza y una inspiración. La evasión de un utópico. Los pasos de baile por la vida. La «vieja gloria» en casa y un exquisito montaje al que ayuda una insinuante banda sonora compuesta por Alejandro M. González. Aitor Sebastian da vida al único personaje en este cortometraje dirigido por Javier Gómez, con guion de Carmen Blanco y Francisco Manuel Bailen Cuevas. Jacobo Herrero se encarga de una cuidada fotografía repleta de evocadores planos detalle.
Texto por Patricia Gardeu