Como todos los finales de década Estados Unidos está inmerso en la elaboración del censo que podría mostrar que el país rebasa muy holgadamente los trescientos millones de habitantes. No será fácil conocer el número exacto. Aunque las personas que realizan el censo no pueden transmitir sus datos a la policía, una porción no despreciable de los emigrantes ilegales, que son unos quince millones, no lo acaba de creer y es reacia a emerger y dar cuenta de su existencia a los encuestadores. Temen, incorrectamente, que esto puede ser una pista para su deportación. Estas reticencias y eventual ausencia perjudican a los municipios dado que hay una lluvia de millones de dólares(400,000) que Washington reparte entre estados y ayuntamientos en función de los habitantes que demuestren tener
En la ficha que debe rellenar la población consta un apartado para especificar la raza de la persona. Obama ha optado por la casilla que reza “negro, africano americano”. Esto lo convierte oficialmente, según el “New York Times” en el primer Presidente estadounidense negro de la historia porque, dado que su madre era blanca por todos los costados, el Presidente podía perfectamente haber optado por la casilla “blanco” o por la de “de otra raza” Unos siete millones de estadounidenses declararon en el último censo que procedían de más de una raza.
La opción de Obama es significativa pero difícilmente podía evitarla. Como dice el “Washington Post” si hubiera rellenado la de blanco “se habría armado la que no está escrita”. Su elección es coherente con lo que la gente ve, desde la cadencia de su voz hasta su forma de andar cuando se dirige al avión presidencial, todo apunta a que es un individuo negro. Al oficializarlo muestra que está cómodo con la situación.
En Estados Unidos, donde una sola gota de sangre negra colocaba en el pasado a una persona en una posición secundaria, aún se define a alguien por su raza. En la amplia comunidad multirracial del país hay gente que se ha sentido decepcionada con que el Presidente no haya optado por definirse así. La impresión general, no obstante, es que Obama ha sido consecuente con su trayectoria. Por otra parte, la categorización actual puede tener los días contados, el número de matrimonios interraciales crece galopantemente, en estos momentos 13% de las parejas estadounidenses son de diferente etnia.
Dado que todo está relacionado mencionemos que la popularidad del Presidente ha repuntado levemente después de la aprobación de la reforma sanitaria pero sigue lejos de las cotas altas de sus primeros meses. 47´7% aprueban su actuación, 47´4% la desaprueban.