Las máscaras nos siguen interpelando aunque hayan sido arrancadas de los hombros de los hechiceros, de los conjurados, de los iniciados, de los miembros de la sociedad secreta y sus ritos ancestrales. Las máscaras nos siguen interpelando desde los cuadros, desde las manos de los artistas que, como Brancusi, Picasso o Man Ray les dieron otra vida aquí. Echo de menos perderme en las salas del Metropolitan de Nueva York en aquellas noches frías de febrero, cuando los grandes ventanales que dan a Central Park hacen que el museo parezca un gigantesco depósito de ámbar que conserva siglos de preguntas. Dos artistas africanos contemporáneos originarios de Benín recrean, con materiales contemporáneos desechables, la poderosa imagen icónica de la máscara africana: Romuald Hazoumé (nacido en 1962) y Calixte Dakpogan (nacido en 1958). Las obras de estos dos escultores africanos se completa con piezas como la famosa fotografía «Negro y blanco», de Man Ray, reinterpretada en cristal por Willie Cole, entre otras.