El día del miedo, en el que todos los periódicos hablaban de las amenazas, los asesinos de uno y otro lado,
el día de los secuestradores,
11 de septiembre de 2010,
otra vez nos quieren matar,
el día en el que había que esconderse,
maldecirse a uno mismo por pertenecer a una especie que vocifera sus matanzas en nombre de ese dios llamado locura, soberbia, sumo interés, ego sumo,
ese día fue la noche en blanco en Madrid.
Miles de personas paseaban de noche por la Gran Vía sin tráfico, sin normas de tráfico tampoco, ejerciendo la maravillosa libertad de caminar, de sonreír ante cualquier aliciente que nos proponía la calle, esculturas sorprendentes, solemnes edificios con libre acceso,
un concierto en una gran plaza
abarrotado,
alguien lee un poema ante un globo pintado como la luna.
No han huido dentro de su casa. Las miles de personas que recorren la ciudad pertenecen a todas las edades y a muchos países. Nunca he visto la ciudad tan llena. Es noche de rebajas. La cultura es gratis. La cultura es nuestra manera de movernos, de señalar, de asistir.
Compartir la calle entera caminando diferente.
Renunciar al miedo, desobedecer a los tiranos.
Nuestra cultura es la manera en que somos libres.