Ésta es una reflexión sobre la soledad, la música, y, me temo, sobre trascendencia. Si a estas alturas queda algún lector le animo a continuar: aparecerán grandes músicos, historias truculentas, algo de tecnología y morbo.
Hace pocos días escuché intensivamente el CD Let´s change the world with music, de Paddy McAloon (firmado como Prefab Sprout). El título significa literalmente Cambiemos el mundo con la música y el álbum se editó el pasado septiembre después de haber sido compuesto hace 17 años.
Ahora, por supuesto tenemos varias opciones: ir a Youtube, salir a comprar el disco, o seguir leyendo. Afortunadamente no son incompatibles y yo elegiría las tres (no, no tengo interés comercial en el asunto.) Prefab Sprout fue mi grupo favorito desde que en 1983 escuché Lions in my own garden: exit someone, su primer single. Fue llamado así por componer con sus iniciales la palabra Limoges (traducción literal “Leones en mi propio jardín: salga alguien”) hasta que con Jordan:The comeback (1990) les perdí la pista, y de paso dejé de interesarme por la música actual para dedicarme a la música antigua (siglos XIII al XVIII). Pero esa es otra historia.
El encarte del CD contiene dos páginas del propio McAloon (Durham, 1957) en las que habla por una parte de Smile el disco perdido de Brian Wilson, del que oyó hablar cuando tenía 17 años; y por otra, de la historia rocambolesca de este Let´s change…y aunque no están traducidas les recomiendo que las lean.
En un periodo anterior, Prefab tuvo problemas para publicar su disco Protest Songs. A pesar de que se grabó en 1986, salió a la venta en 1989, tras el éxito comercial de From Langley Park to Menphis (aunque fue relativo en el Reino Unido, ya que no superó el puesto 5). También tuvieron problemas legales con su aclamado Steve McQueen (1985). Los representantes del actor obligaron a cambiar el título para su edición americana, donde apareció como Two Wheels Good. Cuando más adelante Jordan: the Comeback (1990), o sea El regreso de Jordan, pareció a su compañía demasiado oscuro y poco comercial (en lo que probablemente tenían razón) era evidente que un disco como Let´s change… era un perdedor seguro.
¿Por qué han pasado 17 años hasta la publicación en 2009? Bueno, como decía el chiste, entre unas cosas y otras, McAloon ha sufrido varias intervenciones oculares graves (pueden ver la foto con gafas negras y bastón en un ejercicio de autoironía), problemas auditivos (menos graves que los de Beethoven) y eczema crónico (lleva guantes más o menos como el difunto Michael Jackson). Pero sobre todo, publicar un disco de pop -sea lo que sea lo que indicamos con esa etiqueta- llamado Cambiemos el mundo con la música con temas como Que Dios te guarde, Amo la música, Dulce música góspel, Aquí viene el último romántico… En esta época (tan buena y tan mala como cualquiera) en que la menor indicación religioso/espiritual es tomada como el colmo de lo políticamente incorrecto supone un compromiso que ninguna compañía comercial asumiría por la sencilla razón de que nosotros como consumidores tampoco estamos dispuestos a hacerlo.
Buscando las fuentes del Nilo
A mí me entusiasma este disco, pero ya digo que soy seguidor de Prefab Sprout desde hace 27 años, e inmediatamente me recordó el único otro disco de pop que he comprado en esta década: High de Blue Nile. Blue Nile está compuesto básicamente por Paul Buchanan, escocés de 1956, y debutó en 1981 con Robert Bell y PJ Moore completando la formación. Lo curioso es que además de la similitud de fecha (un año de diferencia tanto en el nacimiento de los artistas como de las bandas) y de lugar (pocos kilómetros hay entre Durham y Newcastle, sede de Prefab Sprout; y Glasgow y Edimburgo, de Blue Nile), el ingeniero de sonido Calum Malcolm trabajó con ambos y seguramente sin él ni Let´s change… ni High se hubieran publicado.
Malcolm (nada que ver con el recientemente fallecido McLaren) es un músico, ingeniero y productor escocés que viene trabajando en esto desde 1978 y con Blue Nile desde casi el principio. Por supuesto, también Buchanan es un genio solitario y ha tenido múltiples problemas para publicar, de modo que un álbum completo antes de su monumental Hats (Sombreros, 1984) simplemente desapareció y desde High (Alto, 2004) no publica nada. Si quieren más pistas, éste último apareció en el sello Sanctuary (Santuario).
Resulta poco menos que demoledor saber que día a día McAloon en Andromeda Heights (su estudio cerca de Durham), y Buchanan en el suyo cerca de Glasgow trabajan, piensan, graban o no; aman la música y esperan hasta que alguien como Calum Malcolm, o alguna compañía contracorriente (es curioso que los productos comerciales se llamen mainstrean o corriente principal) se decida a hacernos llegar su música.
La Historia hasta ahora
El tiempo pasa o pasamos nosotros, yo sigo prefiriendo Steve McQueen y Hats como joyas musicales pero también de un tiempo que no volverá (1984-1985). Podemos celebrar las bodas de plata recuperando Let´s change… y High, recordar a otros solitarios como Martyn Beck (Eyeless in Gaza), The Associates,… o H.Hughes y M.Jackson; podemos pensar en la influencia intelectual de otro solitario como Ludwig Wittgenstein o en la literaria de Kafka, podemos seguir pensando que las canciones de nuestra juventud serán siempre las mejores, o que según envejecemos nos atraen otro tipo de melodías (corridos mejicanos, samba, incluso ¡horror! jazz)
También podemos recurrir a Facebook, Youtube, o lo que sea, encabezar manifestaciones o hacer colectas, escribir a nuestro diputado o en nuestros blogs. Yo lo que hice fue poner el otro disco que compré al mismo tiempo que el de Prefab Sprout: las sonatas en sinfonía de Mondonville.
Tampoco Minkowski es manco pero esa es otra historia.