
En el minuto previsto, la luna le dio un bocado al sol y todo se volvió naranja oscuro en medio de muchos ahhhh y muchos ohhhh. Melón maduro, salmón, hierro oxidado y luego arena de la playa de Cádiz.
No sé si la paleta de colores que se describe en el texto es consecuencia de la dispersión de Rauleigh, del efecto Purkinje o del corrimiento hacia el rojo, o un poco de la combinación de todos, lo dejo para el lector de estas líneas (hipotético) experto en Física (más hipotético aún).
En todo caso me gusta la gradación de colores y me gusta el salmón, el melón y las playas de Cádiz. El hierro oxidado es un buen ejemplo, porque el óxido de hierro es el responsable del tono rojizo del albero, por ejemplo, e imagino que también de las arenas más oscuras. Yo soy usuario de la Playa de Cortadura, que nunca luce abarrotada gracias a sus hechuras y partidario de su chiringuito Nahu Beach.