BIG MAK:
La Bestia se ha puesto en manos de sus asesores de imagen.
Se disfraza de tipo razonable que solo quiere nuestro bien. Aparece maquillado y con una corbata azul, los asesores saben de esto. Y si se tiene que poner gafas, se las pone. Lo que haga falta.
El Apocalipsis no es de ahora. No ha llegado de repente. Siempre ha estado ahí. En cada época toma una forma diferente. Y a cada uno le toca el suyo propio.
A nosotros no nos han tocado ni guerras ni pestes.
Nuestro Apocalipsis es más técnico, como de economia financiera globalizada y cosas así.
Un señor se tira un pedo en un extremo del mundo y tu te quedas sin trabajo o sin ahorros o sin criterio propio.
Tiene reclutada una legión de colaboradores. No saben que son posibles víctimas a la vez. Incluso muchos no saben a quien sirven. Otros si.
El secreto es que La Bestia nos necesita.
Necesita nuestros votos, para sí o para sus esbirros. Necesita incluso nuestra intención de voto para los sondeos y las estadísticas. Todo le vale.
No sé si mi táctica de defensa sirve de algo. Corro tratando de esquivar sus mensajes narcotizantes. Sus mentiras tranquilizadoras de probada eficacia. Corro saltando por encima de sus trampas. Corro huyendo de La Bestia.
Y mientras corro me entretengo.
La Bestia cambia mucho de cara. Pero reconocerla es facil. Tiene muchas manos, muy grandes y muy poderosas. Pero sobre todo se reconoce por su mirada arrogante, acostumbrada a vernos muy lejos y muy pequeños. Insignificantes.