El Musac recoge estos días una exposición cuyo título habla por sí solo: Parque fluvial abandonado, de Lara Almarcegui, una de las artistas españolas con mayor proyección internacional. Almarcegui ha centrado su mirada en lugares desacostumbrados, en los márgenes de ciudades y en sus alrededores: descampados, tierras baldías, ruinas pobladas de hierbajos. Casi nadie se detiene en estos espacios. Sin embargo, Almarcegui encuentra en ellos una magia diferente, la del lugar no transitado. Su obra, en apariencia fría y minimalista, tiene una fuerte carga de denuncia contra los desmanes del urbanismo. Además, desde el 1 de junio, esta artista será la representante española en la 55 Bienal de Venecia.