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Peculiaridades

         

 

Como esto pretende ser una ventana indiscreta a este cuarto mundo, la mayor parte de las cosas que cuento pueden resultar chocantes para nuestra cultural occidental, pero aquí resultan de lo más normales. Y viceversa.

Así que se trata sólo de abrir bien los ojos y estar dispuesto a aceptar otros puntos de vista.

 

Por ejemplo, cuando he llevado gusanos secos o langostas (de las que vuelan, no de las que nadan) de aperitivo a España no todo el mundo estaba dispuesto a probarlas (es verdad que tampoco ‘matan’ como delicatessen, pero tienen proteínas), pero si lo piensas no hay mucha diferencia con unos caracoles o con unas nécoras.

 

Aquí hay costumbres y tradiciones, a veces prejuicios, que nos llaman la atención.

Mi mujer se lava ella misma su ropa interior, sin dejar que la toque la señora que limpia en casa. Vale.

Pero lo mismo hace con mis calzoncillos, ¡son intocables!

No ha acabado de explicarme bien cuánto tiene de evitar cualquier tipo de wacks que me hicieran con ellos y si serían wacks para atentar contra mi salud, volverme impotente (¡más!) o embrujarme sexualmente.

Porque tampoco los dejo tan quemados como para que le dé vergüenza que puedan deducir qué pasa en los bajos de su marido.

Y cuando un calzoncillo se ha quedado sin elástico lo hace trizas, literalmente, con unas tijeras. Ni como trapo deja que lo toquen.

 

Todos los días me lavan los cubre bajos, para protegerme de cualquier posible mal…

 

 

Otra peculiaridad es lo de saludar y comer sólo con la mano derecha (los zurdos siempre jodidos). ¿Por qué?

 

Pues porque con la mano izquierda se limpian la mierda del culo.

Dicho así suena un poco fuerte, pero es lo que hay, porque lo que no hay es papel higiénico, al menos en las aldeas y gran parte de las ciudades (que tampoco tienen agua corriente en las casas).

Por no haber no hay ni letrinas, así que lo de limpiarse con la mano izquierda puede ser literal que es difícil encontrar cantos rodados (a los Rolling Stones, 50 añitos ya, ni los conocen) con los que aliviarse.

El problema es que con la escasez de agua las posibilidades de higiene son una o ninguna, pero mantienen con firmeza lo de comer sólo con la mano derecha (porque se come con las manos, no sólo con los ojos, como yo, y si te acostumbras no es tan asqueroso y es práctico) y lo mismo para saludarse.

 

En su inocencia deben pensar que la mano derecha nunca toca la mano izquierda, ni existe ninguna posibilidad de contagio con los saludos y las otras actividades diarias. Y que con echarse un poco de agua sobre la mano antes de comer es suficiente como profilaxis.

 

Así que enfermedades de vientre, diarreas, cólera…, las que quieras.

 

Más peculiaridades

 

Los hombres mean en cuclillas y las mujeres de pie. Aunque no todos.

 

Esto puede tener una explicación sobre todo en el campo: el viento.

Así los hombres agachados pueden prevenir mejor un viento racheado y las mujeres, con sus pagnes largos y hasta los tobillos ya se cubren esa eventualidad.

Yo he conocido alguna amiga en España que meaba de pie, y algunos hombres al que sus mujeres les imponían que mearan sentados, que lo ponían todo perdido de salpicazos, así que en eso estamos un poco empatados.

 

Hombre meando, no he conseguido foto de mujeres…

 

 

Letrinas en las aldeas

 

Ahora les ha dado por hacer campaña para que la gente no cague en el campo, que es más higiénico hacerlo en letrinas.

 

¿A quién se le ocurrirán tantos disparates?

¿Cuánto va a costar esta campaña de construcción de letrinas y a quién va a benificiar?

 

Porque alguien se va a beneficiar de todo esto, menos la gente de las aldeas.

 

Cenas de Gala en la capital, con todas las fuerzas vivas para recaudar fondos para construir cagaderos. Hablan de 20.000 niños muertos cada año por culpa de cagar fuera del tiesto, como suele decirse, pero no creo que lo solucionen así

 

 

Teóricamente la idea no estaría mal, pero es un disparate dada la situación del país.

 

En primer lugar que hay cosas más perentorias que ésta.

 

En segundo lugar que dada la dispersión de las cours (viviendas) en las aldeas, al que le construyan las letrinas al lado de casa puede que las utilice, pero dudo mucho que lo hagan todos los demás si se tienen que desplazar muchos cientos de metros para ir a cagar, pudiendo hacerlo cerca de casa.

 

En tercer lugar y, principalmente, ¿quién va a pagar traer un camión de vaciado de la fosa séptica cuando esté a rebosar?

Nadie.

Si no se pueden pagar las medicinas o los médicos, menos van a pagar esto.

Así cuando construyan unas letrinas en una aldea se acabarán encontrando al cabo de pocos meses con un problema higiénico mucho mayor que el que querían solucionar.

 

Esto es lo que me han contado gente sensata de por aquí, no los que perpetran estas estupideces desde el Gobierno.

Aunque ya sabemos que los Gobiernos son especialistas en derrochar y tomar las peores decisiones posibles para sus pueblos, no hay más que ver lo que está pasando en España.

 

La última

 

Han publicado la noticia, con gran regocijo para el periodista, de que el BCEAO (Banco Central de los Estados de Äfrica del Oeste) va a volver a poner en circulación el billete de 500 Fcfa, unos 75 céntimos de Euro.

 

Se congratula el periodista de la posibilidad de ahorrarse la gente un montón de pasta al poder dejar ‘sobres’ en las bodas, bautizos, comuniones, entierros, etc, con un billete de 500 Fcfa y no como hasta ahora que tenían que poner, como mínimo, 1.000 Fcfa (1,5 €). Porque como los sobres no llevan ningún identificativo ni tarjeta, los novios, deudos, etc, no van a saber quién es el rácano que se estira de tal manera, menos de 1 euro, como regalo de boda o lo que sea que se celebra (los entierros no son tanto de celebrar, como de colaborar).

 

Aunque tampoco me extrañaría que se llegara a dar el caso de acabar encontrándose los beneficiarios con una colección completa de billetes de 500 Fcfa, al menos por ahora estarán nuevos…

 

¡Hala, a derrochar!

 

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