En tiempos de pandemia, el correo postal se ha convertido en el único medio de intercambio de bienes y objetos entre los que vivimos en el extranjero y nuestra familia o amigos en el país de origen. Se convierte, por tanto, en una especie de ritual: una “performance” de la distancia que evoca situaciones extraordinarias de tiempos pasados en las que el correo -único medio de comunicaciones- se veía afectado. En el presente, sin embargo, se da una curiosa fusión de lo analógico y lo digital entre el correo postal y los mensajes de texto, que en algunos casos trae consigo situaciones absurdas.
Vie, 20 mar
(Madre) Te estoy haciendo unas mascarillas, pero para que las uses y no para que se queden de decoración. Y ya las tienes de recuerdo cuando esto se pase. Están hechas con la tela que sobró de la cubierta de tu cuna. 17:32
Sáb, 28 mar
(Madre) ¡Acabo de enviarte las dos mascarillas! No sé cuánto tardarán en llegar. Avísame cuando las recibas y te mandaré las instrucciones de uso. 14:53
Mié, 1 abr
(Madre) ¿No has recibido las mascarillas? 17:54
(Hija) No, no han llegado…17:54
Vie, 3 abr
(Madre) Ya me dirás si te llegan las mascarillas. Porque no pudo ir, que hubiera costado menos… ¡Para mis nervios! 11:19
Lun, 6 abr
(Madre) ¿Aún no han llegado las mascarillas? 12:05
(Hija) Voy a mirar en el buzón. 12:06
(Hija) No, todavía no :/ 12:08
(Madre) A ver si las han confiscado. 12:08
Mar, 7 abr
(Madre) Oye, y las mascarillas, ¿ya las has recibido? 10:28
(Hija) No. Dicen que el servicio de correos no está funcionando con normalidad, tal vez por eso les cueste llegar. 10:30
Mié, 8 abr
(Madre) ¿Ya han llegado las mascarillas? Tengo más para enviarte… 10:38
(Hija) ¡Las acabo de recibir! Muchas gracias mamita. Ahora me tienes que explicar cómo atarlas. 13:04
