Bueno, bueno, bueno, parece que nuestro compañero lo ha conseguido, ¡nico, al fin te has salido con la tuya! Parece que, de tanto pasearte cepillado y limpito por todos los teatros, alguien ha decidido hacerte un homenaje. ¿O se estarán acordando de tu raza? No, ejem, perdón, una broma muy mala para empezar…
En Cuarta Pared nada menos, una de las grandes salas del off madrileño, programan dos funciones seguidas sobre canes: Los perros y Cuidado con el perro, y estoy tan orgullosa de nuestro querido amigo Mr. guau que me voy corriendo a entrevistar a los agraciados canes que tendrán el honor de inmortalizarle.
Decido, como es lógico, colarme por esos caminos que otros animales, más sabios y más antiguos que yo, construyeron para ayudar a la animalidad y buscar a los grandiosos podencos.
Llego a la Cuarta Pared. No oigo nada. Ni un simple “guau”. Allí no hay nadie y, sinceramente, me empiezo a preocupar. Intento llamarles en su idioma, pero creo que el lenguaje perruno no está hecho para este pico. La función está a punto de comenzar, no sabía de la impuntualidad perruna… Decidida a encontrarles me asomo al camerino humano, no vaya a ser que les hayan entrado ínfulas de grandeza y se hayan rebajado a prepararse en instalaciones humanas. De un ser tan acostumbrado a chupar caras lampiñas me lo esperaría todo… Pero no, allí no hay perro que se precie, solo veo a tres actores muy feos con una cara que da susto. ¿Puede ser que ellos estén igual de asustados que yo por la desaparición canina?
Imagen de los tres personajes de Los perros. Dan miedo, ¿a que sí?
Empieza la función y ¡salen a escena! Esto no puede ser, no se va a quedar así, no. pachón, no. Así que decido buscar a quien quiera que mande aquí. ¡La intrépida Señorita Cló otra vez al rescate! Me dirijo a la sala del poder, oscura y escondida: ahí se tienen que encontrar los que mueven los hilos. Me cuelo por un ventanuco abierto con mis dotes de gallina ninja y de un salto -¡yia-ha banzai!- me agarro a los pelos del que está controlando los mandos. Transcribo la conversación, para que nadie me pueda llamar gallinosa:
Srta. Cló.- ¿¡Dónde están los perros!?
Villano.- Aaah… ay… jjjttchuuu… ¡¡¡aaaaauuuuuu!!!
Srta. Cló.- Nada de tonterías de villano. ¡Háblame en mi idioma!
Villano.- ¡Duele!
Srta. Cló.- No te hagas el loco y responde.
Villano.- ¿El qué?
Srta. Cló.- ¿Dónde están los perros?
Villano.- ¡En escena!
Srta. Cló.- No intentes engañarme, no sabes a quién te enfrentas. ¿Qué habéis hecho con los protagonistas?
Villano.- ¿Y tú quién eres?
De un salto perfecto coloco mi pata fuertemente en su cuello y aprieto con mis garritas.
Srta. Cló.- Cuando termine contigo, serás polvo de humano. (Apretando la garrita.)
Villano.- Cuando lance el próximo cue, te quito de en medio de un manotazo.
Srta. Cló.- Bueno, seamos razonables. Tampoco hace falta ponerse así…
Villano.- Pero, ¿se puede saber qué quieres?
Srta. Cló.- ¿Dónde habéis metido a mis amigos caninos? No podéis soportar que el protagonismo sea nuestro ni por una vez.
Villano.- ¿Qué “amigos caninos” ni que ocho cuartos? ¿Me quieres dejar en paz, que lance tranquilo mi función?
Srta. Cló.- ¿Los habéis escondido? ¿Los tenéis secuestrados? Los estaréis sacando a pasear, ¿verdad? (Silencio. El villano pone cara de incomprensión.) ¡Maltrato animal!
Villano.- Aquí no hay ningún animal. ¿Es que no sabes que un perro cobra más que un puto actor?
Srta. Cló.- ¡Uy! Si me ha salido culto el villano… Pero a ver, ¿esta función no iba de perros?
Villano.- No.
Srta. Cló.- (Llegando a la desesperación.) ¡Si se llama Los Perros!
Villano.- ¡Anda. la otra! Que no es literal, que es una mestáfora de esas.
Srta. Cló.- ¿Mestáfora?
Villano.- ¡Claro! Es una obra existencialista que habla de la prisión en la que está encerrado el ser humano y de la que no sabe salir. Se siente abandonado, excluido e incluso ha perdido la fe en su salvación. Es cuando abre los ojos y es capaz de ver su fragilidad, cuando entiende que el preso es a su vez guardián: él es su único salvador.
Srta. Cló.- Pues sí que sabes tú. ¡Pero la gente se está riendo!
Villano.- Eso es porque la compañía, Teatro a la plancha, recurre a puestas en escena arriesgadas, donde la comedia está sumergida en la tragedia y viceversa.
Srta. Cló.- Vaya que son raritos…
Villano.- Es una compañía joven que tiene muchos referentes, pero uno de los más fuertes es La Zaranda. Además acaban de conseguir el Premio Revelación en los IV Premios Lorca del Teatro Andaluz y están nominados a Mejor Espectáculo Revelación en los Premios Max 2018 por su último espectáculo La Última Boqueá.
Srta. Cló.- Aaaah. (Asiento como boba.) ¡Qué me estás liando! ¿Y los otros?
Villano.- ¿Qué dice ahora esta?
Srta. Cló.- ¡Los otros! ¡Los que vienen después! Con esos si que no me puedes engañar, son perros seguro. Hasta tienen uno como reclamo en el cartel. (Lanzándome grácilmente a su cuello.) ¡Desembucha!
Villano.- (Suspirando.) Otra vez…
Súper Villana.- (Una risa resuena desde la oscuridad del fondo de la cabina.) MUA-JA-JA-JAAA.
Srta. Cló.- ¿Quién eres?
Silencio.
Cartel de Cuidado con el perro.
Preciosas melenas las del can, ¿no están de acuerdo?
Srta. Cló.- ¡Respóndeme! No te tengo miedo.
S. Villana.- Estarías loca si no me lo tuvieras.
Srta. Cló.- Los tienes tú, ¿verdad?
S. Villana.- Te crees muy lista con tus entraditas en el blog El Gallinero. Piensas que eres una gran periodista, como el nico ese, ¡pero no sabes nada!
Srta. Cló.- Libéralos.
S. Villana.- Cuidado con el perro es una obra que denuncia la violencia ejercida sobre la Mujer y la Infancia en distintos lugares del mundo. Nos confronta con aquellas partes de nosotros mismos que, de ser alimentadas, podrían llegar a convertirnos en cómplices de mecanismos de agresión. Esta hecha PARA humanos y por supuesto POR humanos.
Srta. Cló.- Qué bien habláis aquí todos… ¡Aay, que me lío! Pero, hay un perro que huye de su dueño en mitad de la Walking Street de Pattaya.
S. Villana.- Sí. Y una despedida de soltera en la que los amigos de siempre deciden jugar a Tinieblas. Y una madre que arroja al río el feto de su hija. Y una joven que es fotografiada desnuda con un móvil. ¿Creías que eso os iba a dar una oportunidad en nuestro mundo? ¡Olvídalo! Un perro cobra más que un puto actor, no os lo vamos a poner nada fácil para entrar.
Srta. Cló.- (Aparte.) Cuanto daño ha hecho Angélica. (Volviendo.) Pero, pero… yo pensé que… yo creí… y… entonces… nico guau se lo merece…
S. Villana.- ¡¿Ese repelente que solo viene a comer el piscolabis de los estrenos?! MUA-JA-JA-JAAAAA. ¡Jamás se lo pondré tan fácil! Aún le quedan muchas entradas por escribir para que se le homenajee en mi presencia. Y tú, ándate con ojo. Que no te vea yo por las salas, o si no… (Gesto de alguien muy experimentado en comer gallinas de su corral. Trago saliva, aunque me cuesta.) Paco, sácala de aquí.
Villano se acerca con un saco negro y me encapucha con él. Bueno, en realidad me mete entera dentro. Qué le voy a hacer, soy más pequeña de lo que parezco…
Me echaron a patadas a la calle y, cuando conseguí saber dónde estaba mi cresta y dónde mis alitas, decidí vengarme. Sí, vengarme de ese maldito chucho. ¡Cómo podía haberme engañado como a una gallina china! “Me homenajean, me homenajean por fin.”, me dijo. Solo quería reírse de mí y mandarme a la cama calentita. Ya me extrañaba a mí, si las novatadas de El Gallinero son mundialmente famosas y a mí aún no me había pasado nada. Esto no va a quedar así, ¡ya te pillaré yo a ti! Cuando pueda quitarme la bolsa de hielo de debajo de la colita…
Seguiremos informando.
Dolorida Srta. Cló
Los perros de Teatro a la Plancha
con María Díaz, Manuel Ollero “Piñata”/ Pablo Gómez Pando y Selu Nieto
Dirección y texto: Selu Nieto
Foto: Margarita Ruesga
En Cuarta Pared del 5 al 14 de abril, de jueves a sábado, 21h.
Cuidado con el perro de Eva Redondo
con Nacho Marraco, Clara Pampyn, Eva Redondo, Antonio Sansano y Jorge Fuentes
Dirección: Eva Redondo y Dani Ramírez
Fotografía de cartel: Matteo Vistocco
En Cuarta Pared del 19 al 28 de abril, de jueves a sábado, 21h.