Zeytin, la perra callejera de Estambul, filmada por Elizabeth Lo, cuando aulla al final del documental, aulla a la vez que un almuédano canta de fondo, llama al rezo.
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Después salí a caminar hacia el parque por donde no pasan coches. Vi cuarenta y tres perros con cadena, atados. Tres sueltos, más libres, hozando junto a una camelia, horadando hojas caídas con las pezuñas.
Mirlos, dos cuervos en la copa de un pino, cuatro lavanderas, palomas, treinta y tres gaviotas, gorriones. Tres gorriones hembra volando de rama en rama. Una lavandera o aguzanieves correteando por la hierba cuando se da cuenta de que puede volar también, se echa al aire y recorre todo el camino.
Una lagartija me sacó la lengua, o quizás fuera a la piedra.
Alguien dice cuando la perra se acerca a otra persona:
–Tranquila. Está castrada. No hay problema.
Se prohíbe llevar sueltos en las vías públicas a los perros y demás animales domésticos, los cuales habrán de ir provistos de correa y collar u otro elemento de retención. LEY 4/2017, de 3 de octubre, de protección y bienestar de los animales de compañía en Galicia.
Imaginé una rebelión de los perros.
Yo participé soltando a uno atado en la puerta del súper.
Se liberaban y emboscaban, mordían las correas, huían de la ciudad, habitaciones con suelos de baldosas, sin relaciones, sin posible descendencia, sin poder tener nunca perritos.
Subían a algunos árboles.
Subían y se iban por las ramas.
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Recordé a Trufa, la perra callejera que fue con nosotros por Tánger durante la mañana y la tarde.
La creación de los apócrifos había sido un recurso de Antonio Machado para manejar unos sistemas de conceptos que, personalmente, él no podía presentar con convicción, pero que le parecía que debían estar expuestos de un modo o de otro, como alusión oblicua e irónica hacia el fondo de su pensar.
J. M. Valverde
