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pesadilla


el sueño más horroroso lo he tenido en Medellín, soñé que caminaba por la calle de noche y veía a personas asesinadas, el interior de sus cuerpos, los órganos a la vista, sangre, quietos, muertos | por la noche siempre salía a dar una vuelta antes de volver al hotel a dormir, veía a muchos hombres (siempre a hombres, nunca vi a ninguna mujer) en el suelo, tumbados, tirados, el cuerpo cubierto con una manta, la cabeza cubierta con una bolsa negra de basura, hacia arriba, de lado, algunos consumían la droga (el basuco con la pipa) y la mayoría ya habían acabado | una mañana, de día, encuentro a un joven en medio de la acera cuando voy a la parada del tranvía, tiene una herida enorme en el antebrazo, un agujero, abierto, profundo, rojo | en Madrid, en la siesta, sueño que veo a animales muertos, tirados en unas escaleras grandes, una jirafa sobre las escaleras, la hermosa cabeza arriba y las grandes orejas, el resto del cuerpo doblado por las escaleras, me acerco, más animales muertos, uno moribundo que todavía respira, arrojado en las escaleras, pregunto y me dicen que vienen del zoo que está al lado, los tiran aquí, los echan | en Medellín leí La sombra de Orión, un libro sobre la violencia en la ciudad en los 90 y principios de siglo XXI, la guerra en Colombia. Más de 400 páginas leídas en dos días, sin descanso | esto de buscar cadáveres bajo moles de tierra y desperdicios está destinado al fracaso. – la bolsa con los huesos es un tema con variaciones que atraviesa La Comuna. – la realidad degradada que mencionamos ahora. – los falsos positivos. Esa consecuencia del plan de seguridad democrática que dejó tras de sí un mandato presidencial nauseabundo. – y lanzarse a la vida callejera, y que ese destino solo pudieran enfrentarlo con las drogas y el alcohol. – los milicianos mataban y dejaban los cuerpos tirados en la calle para que la gente los recogiera. Los paramilitares eran los que los desaparecían. – una casa de pique malogra la buena imagen de una ciudad pacificada. – pique, en este caso, viene de picar, de mutilar, de descuartizar. Una casa de pique es, pues, un rancho, una finca, una bodega, incluso un parqueadero o un salón de billar. – pesca milagrosa. – vacunas. – La Escombrera. – La Escombrera se erigía como un terreno cuyos contornos los definían los testimonios vagos de los asesinos, las impresiones inasibles de los asesinados y los vivos con su red inacabable de interpretaciones. – y si estas no abrían las piernas para que cada bandolero se les vaciara en la chimba, les quemaban las nalgas con la cusca de sus cigarrillos o les desfiguraban el rostro a punta de navajazos. – que pagaba lo que fuera por ser el primero en penetrar las fortalezas del himeneo, se dedicó a observar con una lupa de bolsillo las vulvas aún selladas de las chicas. Observando estas bellezas, Luis dijo que por un pueblo que concentraba sus mayores atributos en las mujeres, valían la pena todos los tipos de lucha. – ese machismo atávico y brutal que se había salido de madre en Medellín. – y olvidé el rostro de los míos. Hasta el de los que me arrojaron aquí. ¿Sabes por qué lo hicieron? Porque les daba tinto a los milicianos. Porque coqueteé con uno de ellos. Porque me enamoré de él y nos besamos e hicimos el amor en el baño de mi casa. – cargaban a un chico herido en el vientre por una bala. A una anciana cuya pierna había sido alcanzada por la esquirla de una granada. A un hombre que tenía los intestinos al aire.

– en muchos papeles está el escudo de la República de Colombia, con su lema Libertad y Orden.

In God We Trust, 10 dólares.

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