Entre las muchas frases famosas que pronunció Pablo Picasso (1881-1973) a lo largo de su y exitosa vida de pintor destaca una que hace referencia a la destreza que tuvo el pintor malagueño con el lápiz. Picasso estaba seguro que más que un gran pintor era un gran dibujante. Ahora tendemos la oportunidad de juzgarlo con nuestros propios ojos en una ambiciosa exposición en el berlinés Kupferstichkabinett (museo de dibujo) que intenta abarcar los 70 años de trabajo del artista. Bajo el título Picasso – Mujeres, toros y viejos maestros se ha reunido una delicada y exquisita muestra de gráficos, litografías y dibujos de Picasso, acompañadas de un puñado de óleos que muestran que la frase de Picasso pecaba de una humildad engañosa.