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Mientras tantoPolio en Angola

Polio en Angola


 

La reaparición de la poliomielitis en Angola refuerza la idea de que el mundo, metafóricamente, va para atrás.

 

En los últimos años sólo uno de cada 4 niños que deberían hacerlo recibió su vacuna oral contra la polio en ese país. Por eso ahora tienen un violento brote que amenaza con extenderse local y regionalmente. No es descartable tampoco la llegada de casos esporádicos a Europa, sobre todo a Portugal, su antigua metrópoli.

 

La polio es una terrible enfermedad, aunque solo uno de cada 100 infectados desarrolle parálisis, y antes de la introducción de la vacuna, miles de niños norteamericanos y españoles, por poner dos ejemplos, sufrían cada año sus consecuencias desastrosas e incapacitantes.

 

La prevención es en apariencia sumamente sencilla: 5 dosis en la infancia o 3 en la vida adulta de la más barata de todas las vacunas. Pero llevar dicha vacuna a cada niño en países sin infraestructuras, en guerra o postguerra, o bien vencer la ignorancia y el rechazo que en algunas comunidades constituyen las vacunas, ese es el gran reto, ante el que parece que la Humanidad va perdiendo. Esperemos que no por goleada.

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