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Prosternarse, pero no en dirección a la Meca

 

Tiro de un palabro que encuentro en El País de hoy domingo 27 de enero de 2013: “prosternarse”, tan cercano a “postrarse” y tan desconocido para mí que me hace dudar; pero sí, allí está, con su significado de inclinarse con respeto, postrarse, y de allí paso a leer la atolondrada y a ratos sonrojante explicación del error en la publicación de la foto de un supuesto Hugo Chávez agonizante, que me retrotrae a otras fotos, otros agonizantes, siempre lo mismo. Apenas, de refilón, se menciona la cuestión de fondo: ¿qué aporta al lector de este País de Javier Moreno & Co. esa fotografía, sabiendo como sabemos que Chávez está gravemente enfermo y sí, no aparece y no habla y las “complicaciones respiratorias” en esos casos suelen tener esa imagen? En la prolija y escurridiza explicación leemos esta frase que resume el relato de unas horas febriles, nos permite imaginarlas entre la prisa, el miedo presentido a caer en la trampa, la gran batalla (¡ante todo y sobre todo, que no se la lleve El Mundo!, argumento que se esgrime varias veces en el texto):

 

El coste de la reimpresión del diario y la nueva reimpresión supuso un coste adicional de unos 225.000 euros” (no pensemos ahora en este dinerito tirado a la basura).

 

Como ocurre siempre, el estilo manda, la forma tiene mucho que ver con el fondo. Toda la explicación, retorcida y minuciosa, deja casi a salvo al director, pero el casi es el problema, porque él no deja de ser el máximo responsable; el resto queda dividido en porciones desiguales entre el segundo (y tercer) nivel y la agencia. Un totum revolutum. En realidad, una de las variadas formas que tiene la prensa de prosternarse, que ya vemos que no sólo quiere decir inclinar el torso cinco veces al día en dirección a La Meca.

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