Home Mientras tanto Proust esquina con Isabel La Católica

Proust esquina con Isabel La Católica

 

 

a buen resguardo de un sol bravucón y pulverizador de neuronas

encuentro acomodo en un rincón de cierto lugar cuyo nombre

sin que lo sepa ninguno de los comensales, honra a Juan Rulfo

me refiero al único guion que el gran y taimado maestro

escribió para el cine y que nunca se filmó

(no confundir con el engendro de 1964 basado en la versión

que hicieron esos dos cuatachos del llamado boom/boom/boom

los siempre sonrientes y siempre galantes Gabo y Fuentes

cuya amistad era, si acaso, de dientes ‘pa afuera, lo que quiera que eso

signifique según la proverbial y perversa sabiduría mexicana)

 

yo solo tengo ánimo para refrescarme

se equivocan quienes se refieren a esta ciudad como una jungla

es más bien un polvoriento y mugroso desierto

pura pinche naturaleza muerta: empezando y terminando por sus depravados habitantes

(con la única excepción de París, que yo sepa en Londres Los Angeles Tokio Delhi Beijing São Paulo New York Buenos Aires Estambul, nadie o casi nadie

sale a la calle con el único propósito de atentar en contra de sus semejantes)

 

antes de pedir un tequila rascuache y una cerveza tibia

la sed me impone ordenar un  7/Up, lo pido salido del congelador

por favor joven, cómo no mi joven, nos chuleamos

el mesero y yo como si fuéramos los novios de antaño  Gabito y Fuentes

 

glú-glú-glú desciende por mi garganta la célebre gaseosa lima-limón

no cabe duda que el 7/Up me sabe a infancia a memoria a lejos

a mundos perdidos y recuerdos escurridizos: bendito sea dios

 

que otros se afanen en recuperar el tiempo

yo ansío mantenerlo perdido a toda costa

incluso a costa de mi propia vida

la misma vida cuyo transcurso solo sirvió

para darme cuenta que todas esas damas sí eran de mi tipo

pero yo jamás y ni por error fui del suyo

 

 

 

 

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