El 24 marzo se conmemora en Argentina el día por la Memoria por la Verdad y la Justicia a las víctimas de la última dictadura militar autodenominada «Proceso de Reorganización Nacional», que usurpó el gobierno del Estado nacional argentino entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983. Es un día especial, de recuerdos por la libertad y por los derechos humanos. Por otro lado, en la semana del 24, se realizó un foro internacional de los derechos humanos. Ese mismo día y el siguiente 25 de marzo, se ha celebrado también la XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno en Santo Domingo de la República Dominicana bajo el lema “Juntos por una Iberoamérica justa y sostenible”
Todo muy bonito y pomposo, en el que los pueblos y naciones intentan darse la mano y buscar objetivos conjuntos. Pero al parecer, en todos estos eventos mencionados, los pueblos indígenas son los olvidados, los ignorados, los malditos de los que no tienen que tener ningún derecho y en algunos lugares, los molestos más de la cuenta, son asesinados impunemente.
Sin duda, estamos hablando de una ignorancia que raya el racismo y en las que participan también la mayoría de las sociedades y grupos políticos, tanto los de derecha como los de izquierda. Este vacío a los pueblos originarios por quienes tienen el deber de proteger y que están amparados por leyes internacionales de los derechos humanos e indígenas, así como por leyes constitucionales, debería haber estado en la mesa de los líderes, no solo de América sino del mundo, para solucionar sus problemas y que sean considerados ciudadanos de pleno derecho.
Es una clara vergüenza que siga el genocidio en la Amazonía, en África, en Asia, en América y en todos aquellos lugares donde sus voces son acalladas. Unos pueblos que precisamente son los que más respetan el entorno y el medio ambiente, donde habitan y protegen en los lugares de más valor ecológico para la biodiversidad de nuestro planeta, donde no emiten gases de efecto invernadero, ni destruyen ríos o bosques para extraer los recursos naturales de una forma no sostenible. Los pueblos indígenas desde siempre han respetado los valores de la Tierra que son su sustento y su casa. Nos dan lecciones en todos los ámbitos y les pagamos con la ignorancia, intentando que se conviertan en fantasmas de un pasado, cuándo son y han sido siempre en realidad, los sabios del futuro.
Ese pasado 24 de marzo en la Plaza del dos de Mayo en Argentina junto a la casa rosada sede de la presidencia del gobierno, una multitud de personas se juntaron para celebrar el fin de la dictadura. En esa misma Plaza, vallada para separar la fiesta de la injusticia y frente a la casa rosada, existe desde hace dos años y dos meses, unas tiendas donde miembros de la CCPPIRA (Consejo Consultivo Participativo de los Pueblos Indígenas de la República de Argentina), con su líder y presidente elegido en asamblea Félix Díaz, resisten durmiendo de mala forma, sin sus necesidades básicas, hasta que sean recibidos por el Presidente que cada mañana pasa por delante de ellos sin ser capaz de dialogar, en un claro desprecio y racismo a los verdaderos habitantes de Argentina. ¿Se puede calumniar más de esta forma a unos ciudadanos que llevan más 14 peticiones oficiales al Gobierno para que sean recibidos?
Hablando con Félix el mismo día en que se celebraba la concentración masiva en la Plaza del Dos de Mayo, me decía que: “Este es un mundo de mucha competencia, mucho egoísmo, envidia, celos, de todo tipo, racismo, discriminación por lo que a nosotros nos aíslan cada vez más. Pensé que Argentina era un país humano porque ellos han aceptado las Declaraciones Universales por los Derechos de los Indígenas, de los Derechos Humanos para los pueblos indígenas. Se han adherido a la consulta libre, previa e informada, de una declaración Internacional. Tenemos leyes la 23.302 a nivel nacional, la 24.071 del convenio 169 de la OIT, el artículo 75 de la reforma constitucional del año 94, después crearon una Ley de emergencia la 26.160 para regularizar la tierras que ocupan los pueblos indígenas de Argentina y NINGUNA de estas legislaciones se han cumplido a pesar de que han tomado la decisión de adecuarnos a este mundo. Ninguno de estos derechos que acabo de mencionar se cumple. Argentina tiene tres poderes del Estado como el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Ninguno de estos tres poderes apoya, acompaña y toma la causa indígena como una causa de seres humanos que necesitan ser protegidos a través de sus leyes. Y es un momento donde se muestra lo que es la idiosincrasia de la sociedad, que se dice ser civilizada y cristiana. Nos ven de una manera despectiva, de que somos manipulados por los partidos políticos, religiosos y no nos ven como indígenas, no nos ven como sujetos de derechos. Nos ven como objetos, que para ellos el indígena sirve solamente para votar a los candidatos de cualquier partido político”.
¿Tanto esfuerzo cuesta recibirles y atender sus súplicas? Unos pueblos nativos que les han destruido su medio de vida, les han obligado a integrarse en una sociedad que no es suya, les han robado sus tierras y que sin embargo han aceptado integrarse. ¿Es esta la manera que tienen los políticos de la integración de los pueblos indígenas? Los tratan con desprecio, ignorando su situación, como fantasmas ancestrales que no tienen derechos.
Martín Calderón, otro miembro del CCPPIRA, me decía en un video: “En esta semana se hizo el foro internacional de los derechos humanos pero tratan de hacernos invisibles de alguna manera. Ahí cerquita se encuentra el Secretario General de los derechos humanos, a unos metros de dónde estamos acampados hablando con las madres de los desaparecidos de la dictadura y no es capaz de acercarse donde estamos […] Lamentablemente tenemos que decir que los derechos humanos en argentina es selectivo, es para algunos, no para todos. Tenemos problemas como la desnutrición, deshidratación, en los pueblos del norte y que mueren los niños a causa de ello. Por el abandono por parte del estado ya que no reciben atención médica adecuada y temas territoriales que siempre los sectores políticos con personas acaudaladas permanentemente tratan de robar nuestro territorio. Esta es la situación que estamos atravesando. No hay voluntad política para resolverlo lamentablemente”
Y sin embargo ellos continúan en su lucha pacífica por sus derechos. Cuántas lecciones nos dan de paciencia, amor y resistencia. Sinceramente, ninguno de los políticos que ignoran no sólo a Félix del pueblo Qom como presidente de la CCPPIRA, sino a cualquier líder indígena que defiende sus tierras y a su madre que es la Tierra que lo cobija y les da de comer, les llega a la inteligencia y sabiduría que los originarios demuestran en todo momento.
Félix, con su voz cansada, triste pero firme continuaba diciéndome: “Y esa es la forma de trato que nos hacen nuestros conciudadanos. A pesar de todo ello, siempre esperamos que alguien pueda hacer un gesto humano, cambiar su pensamiento, su forma de mirar las cosas, proteger el medio ambiente que es el lugar donde nos cobija nuestra madre Tierra y también nos carga la energía de nuestro padre el Sol. Estas dos conexiones son las que se necesitan para proteger a nuestros hijos, para que defiendan y que también respeten sobre todo la convivencia de la vida que existe en este mundo que es lo que hacen equilibrar el funcionamiento del planeta.
Y eso es lo que sufrimos hermano Pedro, esta injusticia. No sé si podré ver el resultado de este proceso, pero me siento orgulloso de marcar este camino, de ser la voz de los pueblos indígenas, de ser defensor de los derechos humanos para mi pueblo indígena y ser la cara visible ante la sociedad, en este reclamo de muchos años, no solamente el de hoy, sino de muchos líderes indígenas que sufrieron y murieron sin conocer lo que es el trato de la justicia y el respeto. Aún así, termina un liderazgo y vendrá otro líder para dar continuidad a este proceso en la búsqueda de integración, la búsqueda de justicia, la búsqueda del respeto que tanto nos anhela para que podamos hacer llegar a nuestros jóvenes a las universidades, para que nos representen como indígenas ante los demás. Es una esperanza que tenemos como nación indígena, y eso es lo que nosotros aspiramos, que el Estado sea el responsable directo de nuestro acercamiento ante la sociedad, que debería publicar los derechos de los indígenas, que debería tomar la responsabilidad de promocionar las leyes que tenemos ante la sociedad para que nos conozcan y que nosotros no estamos aquí accidentalmente, sino que nos reconozcan como preexistente ante los estados de nación, provincia y municipio”.
Más claro no puede hablar esta gran persona que es la voz de los pueblos indígenas de Argentina. Mi corazón está con ellos y con todos los pueblos originarios que luchan por sobrevivir ante una globalización que los engulle hasta llegar a ser un verdadero crimen de lesa humanidad. Su genocidio continúa… ¿hasta cuándo?