
Gineceo
el blog de María Tenorio

Comenzar por la orilla
Lo primero que hago es definir el borde del área que rellenaré y para ello suelo usar hilván. Las puntadas del hilván son, por decirlo así, los primeros puntos de arroz en el sentido de que establecen el tamaño y la separación de los arrocitos.
Dar dos pasadas
Suelo dar dos pasadas de puntos de arroz, a veces en el mismo color, otras en distinto tono. En algunas ocasiones relleno totalmente el área de modo que no se vea el fondo de la tela.

Adaptarse a lo irregular
Esta puntada se adapta perfectamente al área del corazón que se vuelve muy irregular por la presencia del ojo. Eso hace complicado cubrirla con otras puntadas que he usado en corazones sin ojo, como la cadenilla o el punto atrás. Para mí, el punto de arroz resultó la solución perfecta en este caso. El único pero es que su ejecución demanda bastante tiempo; es la parte en la que más suelo tardarme en estos bordados.
Variar tamaño y disposición
Una variante reciente en el uso de esta puntada para los corazones con ojo es su alargamiento y su disposición en clústeres. En el corazón que estoy bordando mientras escribo esta entrada, he alargado sensiblemente el largo de cada arrocito. Asimismo, he agrupado las puntadas en haces de 3, 4 o hasta 8 puntos en la misma dirección para lograr una textura y un brillo más marcados.
Hilvanar, a ratos
Para ejecutar la puntada confieso que, a ratos, hilvano el interior del área que cubriré para avanzar más rápido. Eso implica que “coso” ciertos espacios, aunque lo normal es “clavar” las puntadas incluso con las dos manos, usando el portabastidor.Recortes de libros
Para terminar les comparto recortes de tres libros de referencia. Como ven, el nombre y la ejecución de la puntada pueden variar: punto de arena o de semilla, más o menos irregular, simple o doble, lo cierto es que esta puntada es bien fácil de hacer y se adapta a muchas necesidades.

