Puntos


La vida te da sorpresas y más cornadas da el hambre…, aunque ahora la que me da cornadas es la vida y el hambre sólo me da puntadas, porque sigo estando gordo, un contrasentido en Burkina Faso, con crisis alimentaria

 

A mí la que me está afectando es la otra crisis, la que se vive en España, porque de ella dependen mis ingresos, con los que vivo (bien), mantengo a dos familias, la de aquí y la de allí, y este absurdo proyecto de Biblioteca OLVIDO, digital y española en Burkina Faso, uno de los países más pobres del planeta.

 

Así que los más de 500 puntos de la Prima de Riesgo en España me está desbaratando mi estado financiero y los más de 500 puntos de glucemia (526 esta misma mañana), mi estado de salud.

 

Esto de los puntos altos puede parecer bueno salvo para ciertas cosas, como las que acabo de citar.

Pasa lo mismo con otro tipo de puntos, por ejemplo lo que te tienen que dar para suturar heridas.

En mi caso creo que no han pasado de 7 los que decoran mi cuerpo, aunque como os pasará a vosotros el corazón lo tengo decorado como un gran passe partout de puntos de amores y desamores. Afortunadamente, claro, porque corazón que no ha sufrido es corazón sin sentido.

 

Algo más trivial, ayer en la capital, Ouagadougou, nos pararon en uno de los innumerables puestos de control de la policía para ver si te falta algún papel o algo con lo que puedan ponerte una multa.

Es una de las formas habituales de recaudar dinero por parte del Estado (la Policía no tiene casi otra función) o como mordida para completar un sueldo magro.

 

Ya nos habían parado 2 veces más esa misma mañana, pero ésta era diferente.

Alguien les ha regalado un juguetito con el que pasar el rato: un aparato de control de velocidad.

 

Así que nos pararon y nos dijeron que el límite de velocidad es de 50 km/h y que íbamos a 60 Km/h.

Petición de papeles y a pagar.

Lo gracioso es que lo importante es pagar, no quién ha cometido la infracción, porque conducía yo pero ni me pidieron el pasaporte, ni el carnet de conducir.

Se bajó Asséto, mi mujer, con los papeles del coche y tuvo que pagar 12.000 Fcfa (18 €).

En eso me puse a hacer fotos del control con mi teléfono, pero me pillaron y me exigieron que las borrara. No quise ponerme a discutir, ni perder más tiempo o que nos llevaran a Comisaría. Íbamos a salir ya de vuelta a casa, Ouahigouya, y las niñas venían con nosotros.

Así que os quedáis sin fotos del control de velocidad, aunque pierda puntos con mi audiencia (no creo que exista palabra similar para los lectores)…

 

Pero, hablando de puntos, afortunadamente nadie les ha vendido todavía la moto de eso de quitar puntos por exceso de velocidad. Así que estamos de enhorabuena.

 

Más puntos o puntazos.

Todo lo del control de velocidad sucedió en la vía de entrada a Ouaga, viniendo de Bobo-Dioulasso, un Madrid-Barcelona pero sin goles.

Y mientras estaba esperando las gestiones de mi mujer con la Policía en la mediana de la carretera, a la derecha se me apareció la imagen que da sentido a este artículo, aunque no a mi vida:

 

CLÍNICA DEL PUNTO G

 

Sí, señor. Eso es marketing rompedor, del bueno.

 

No llegamos a entrar para preguntar si, además de los servicios que ofrecían en el cartel de la entrada, consultas, ecografías, planificación familiar, pediatría, ginecología, etc, se ocupaban de localizar y señalar Puntos G…

 

La Clínica del Punto G, aquí la clase médica tiene un estilito peculiar.., lo mismo también cogen puntos a las medias…

 

 

Quizás algún día volvamos a pedir presupuesto de un mapa completo

 

GALERÍA DE RETRATOS DE JAVIER NAVAS

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