No ha habido mayores sorpresas. Medvedev, que sucedió a Putin, será ahora sucedido por éste en la presidencia rusa. Para muchos, el actual presidente era un hombre de paja de Putin, el Robin de Batman.
Ha sido el presidente, delante de varios miles de partidarios de su partido Rusia Unida, el que ha anunciado la candidatura del para muchos su jefe. Rusia celebra elecciones a principios de diciembre, la victoria de Rusia Unida es seguro y eso será el primer paso para el triunfo del hombre fuerte en las presidenciales de primavera.
El tamdem Putin-Medvedev ha gobernado autocráticamente Rusia desde el año 2000. Siguen siendo populares, más del 70% de los rusos aprueba su actuación, pero se han esforzado en neutralizar con métodos no siempre ortodoxos a oponentes y medios de información adversos. La diplomacia de diversos países occidentales creyó, en un principio, que Medvedev significaría la apertura. Hace ya tiempo que se desengañaron. Ahora ya se comenta que la única cosa novedosa que hizo en su presidencia fue alargar en adelante el mandato presidencial de 4 a 6 años. Algo que no entusiasma a muchos demócratas y que puede producir que Putin, con una reelección, esté en el poder hasta el año 2024.
Las disensiones declaradas dentro de la cúpula rusa no son muy numerosas. Sonada ha sido la del ministro de Hacienda, que está en desacuerdo con la política que le han venido imponiendo de gastos militares y otros. Esto, dice, no reducirá el déficit y aumentará la dependencia rusa de su gran producto de exportación, el petróleo.
Los analistas occidentales no aplauden el anuncio. Existe el convencimiento de que Putin es un residuo de la guerra fría. En alguna ocasión ha comentado que la desaparición de la Unión Soviética “es una de la mayores desgracias del siglo XX”, y se piensa será un líder incómodo para Europa y Estados Unidos. Sus comentarios sarcásticos sobre el “doble juego” de Occidente en cualquier situación, en la intervención en Libia, por ejemplo, su actuación en Georgia, su bloqueo en la ONU a las medidas sancionadoras del régimen sirio cuando es notorio que Damasco está sofocando y matando a opositores desarmados, no augura una luna de miel.