Artículo escrito por Adrián Espallargas
A lo largo del último mes Rusia ha estado llevando a cabo operaciones militares en Siria.
De ser un actor que ha apoyado activamente al régimen de Assad, Putin ha ido un paso más allá y ha autorizado ofensivas aéreas contra los integrantes del Estado Islámico, aunque occidente le acusa de haber atacado también a miembros de la oposición moderada.
Así, Putin ha metido a Rusia en dos guerras en los últimos dos últimos años: una en Ucrania, donde consiguió anexionarse Crimea; y otra en Siria, en la que hará todo lo posible porque Assad perdure.
¿Qué intereses tiene Rusia en Siria?
Rusia y Sira han mantenido buenas relaciones desde los inicios de la Guerra Fría. Damasco ha sido el principal aliado de Moscú en Oriente Medio durante la última mitad de siglo, especialmente desde que la familia Al Assad se hizo con el poder en los años 70.
Siria es un país relevante para la política exterior rusa.
La única base militar rusa en la región, y la única que tiene el país fuera de la antigua Unión Soviética, se encuentra en la ciudad siria de Tartus. Se trata de una base naval en el Mediterráneo y es una pieza importante para la geopolítica rusa, a pesar de no ser excesivamente grande.
Asimismo, ambos países mantienen buenas relaciones comerciales y Siria es un gran comprador de armamento ruso. Entre 2000 y 2010 Rusia vendió cerca de 1.500 millones de dólares en armamento a Siria, según un artículo publicado en el NY Times.
Pero el apoyo de Moscú a Damasco tiene otros factores a parte de los acuerdos comerciales y el peso militar ruso en el exterior.
Con la intervención en Siria, Rusia manda el mensaje al mundo de que ni la ONU ni ningún grupo de países (EE.UU y sus aliados) tienen el derecho a decidir quién gobernar un Estado soberano. Y menos si ese Estado está dentro de la zona de influencia ex soviética.
Las élites rusas entienden que cada vez que uno de sus países de influencia se tambalea, los gobiernos occidentales utilizan la coyuntura para cambiar el régimen y establecer uno más cercano a sus intereses.
En ese sentido, el objetivo de Rusia es evitar que países de su influencia se pasen al lado contrario.
Con su entrada en Ucrania, Putin ha conseguido acabar con las ambiciones del país de convertirse en miembro de la UE o de la OTAN. En 2008 con la actuación en Osetia del Sur, tumbó las aspiraciones de Georgia acercará a Occidente.
Con su acción militar en Siria, Putin busca lo mismo.
¿Cuál es la situación para que Rusia se decida a entrar?
El conflicto en Siria lleva ya cinco años en marcha y aunque Assad aún mantiene las principales áreas de población del país, el régimen no controla varias de las regiones del país.
En este tiempo ha surgido el Ejército Libre de Siria como principal grupo opositor, los kurdos han tomado las armas en Turquía, Siria e Iraq y, además, en los últimos dos años ha aparecido el temido Estado Islámico.
Todo es un batiburrillo de grupos armados apoyados por diferentes países y ejércitos que bien merece la pena explicar en otro artículo.
Pero es importante tener en cuenta que el conflicto se ha convertido en una especie de guerra de desgaste en la que ningún bando parece capaz de imponerse a los demás.
No obstante, existe la posibilidad de que se produjera un golpe de estado, que Assad fuera asesinado o que perdiera militarmente el control del país y que, en definitiva, el régimen sirio cayera.
Esa es la voluntad de la coalición liderada por Estados Unido: que Assad se vaya. Han bombardeado al Estado Islámico, armado a grupos opositores moderados al Ejecutivo sirio y piensan que no es posible una resolución del conflicto con Assad como presidente, algo con lo que Putin no va a permitir.
Y ese es un punto importante que explica la entrada militar de Rusia. Desde las últimas semanas, las potencias mundiales y regionales involucradas en Siria están negociando en Viena de qué manera poner punto final al conflicto armado.
Con su participación directa en Siria, Rusia gana mayor peso en las negociaciones y, así, busca obligar a EEUU y Occidente a tener que aceptar que Assad siga siendo presidente en la Siria post-conflicto.
Este es uno de los principales puntos de discordia entre Rusia y el resto de actores en la mesa de negociación. Con esta acción, Putin demuestra que está dispuesto a hacer lo que sea necesario para mantener a Assad en el poder y, así, mantener a Siria fuera de la influencai de los países occidentales.