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Mientras tanto¡Qué noche la de aquel día!

¡Qué noche la de aquel día!


Se acaban de cumplir 30 años del asalto al Congreso de los Diputados de España por parte de un grupo de Guardias Civiles y otros militares y me hizo gracia leer las entrevistas a algunos de los ‘actores’ de la política actual española de lo que hicieron esa noche. Así que me decidí a enviar un email a muchos de mis amigos para iniciar nuestro propio álbum de los recuerdos y contar lo que hicimos ese día.

También por vanidoso y querer sacar pecho, aunque lo que no cuento bien es el miedo que pasé ante lo que me veía venir. Porque ya nos hemos olvidado de cómo se vivió aquello, pero el miedo, incluso el horror para los que ya habíamos pasado por detenciones y cárcel se nos volvía a presentar como inexorable.

 

 

 

Siempre he sido fans de los Beatles, aunque sólo tenga relación el título de la canción, pero ¿a que es chula? La vida también es música

 

 


 De: … <felixperez1954@gmail.com <http://gmail.com/> >
 Fecha: Wed, 23 Feb 2011 06:28:45 +0100
 Conversación: ¡Qué noche la de aquel día!
 Asunto: ¡Qué noche la de aquel día!
 
 
  “…que treinta años no es nada, que febril la mirada…”

 


 
Parece que fue ayer, me hace gracia mirar las entrevistas de tantos destacados líderes que rigen nuestros destinos, y sus comentarios sobre cómo vivieron la jornada…
¿Qué hiciste aquella noche?
 
Éstos que parecen los padres de la Patria no parece que se fajaran demasiado por defender lo de todos, parece más bien que hicieron lo de siempre: mirar por lo suyo, por más que ahora lo intenten adornar un poco, o disimular.
Los que estuvieron dentro, como mi amigo Ramón, es otro calvario que no les arriendo las ganancias. Yo me habría muerto.
 
A mí me costó encontrar una sede abierta de un partido de izquierdas para que me dijera qué debía hacer para defender la Constitución.
En la del PSOE, de Santa Engracia, cerrada con un cierre metálico abrieron una ventanita y me dijeron que me fuera a casa. Y acabé encontrado una del PC, por Vallecas, que estaban cerrando, que me dijeron que había gente que se iba a concentrar a las puertas del Congreso.
Allí me fui, pero éramos cuatro gatos, y creo que había más gatos malos que buenos, pero no decían nada.
 
Pasé buena parte de la noche, hasta después del discurso del Rey (yo se lo agradecí, siendo republicano, y a Adolfo Suárez y al General Gutiérrez Mellado).
Después me fui a dormir a casa de la familia de mi novia de entonces, éramos paranoicos y por si tenía que irme a buscar la escopeta de mi padre al chalet de la sierra (y un poco locos, pero visto lo que pasa ahora en el norte de África tampoco tan locos).
 
A la mañana siguiente vuelta al Congreso donde hubo enfrentamientos entre ultraderechistas y el resto, ante la pasividad de la Policía.
Recuerdo haber avisado a un capitán de la Policía Nacional de una manifestación de fachas que venía desde el Museo del Prado y se encogió de hombros, tuvimos que ir los que allí estábamos a ‘disolverles’ y recuerdo haber salvado a un facha caído en el alcorque de un árbol que estaba siendo pateado salvajemente por los ‘míos’, le defendí y se lo entregué a un policía para que se lo llevara, no creáis que el poli se había tomado la molestia de protegerle.
Hay bestias en todas partes… O como decían en una peli de culto (mi culto particular, claro): “un motín es una cosa muy fea…”
 
Así pasé aquella noche, con más miedo que vergüenza pero no se me ocurrió pensar en otra cosa que defender algo que me era tan querido, un mínimo de libertad.
 
¿Y tú? ¿Recuerdas lo que hiciste y sentiste aquella noche?
 
Besos y abrazos
 
Félix Pérez Ruiz de Valbuena
 www.fronterad.comfelixperez
 Biblioteca OLVIDO Ruiz de Valbuena
 B.P. 142
 Ouahigouya
 Burkina Faso
 +226 71 68 07 09

 

 

He recibido unas cuantas historias de cómo vivieron muchos de mis amigos aquellas horas, desde los que se las pasaron como siempre, follando, los que tomaron las de Villadiego, los que se quedaron escondidos en casa pegados a la radio, los que cambiaron de casa por si las moscas, y, por supuesto, los que se acercaron al Congreso a ver qué se podía hacer…

 

Un amigo, Tito, me comentaba, ¿Qué hubiera pasado aquel día si hubiéramos tenido a nuestro alcance teléfonos móviles, Internet, facebook y todo lo que hay ahora en materia de comunicación? A saber…

 

Y tiene toda la razón, lo mismo habría sido más parecido a lo que está pasando en el norte de África en estos momentos y habríamos conseguido movilizar a más gente para defender la Constitución… o los ‘fachas’ se habrían organizado mejor para lo contrario, ¡quién sabe!

 

Aunque yo les dije lo que iba a hacer a los 8 ó 10 de la pandilla que me juntaba entonces y ninguno se apuntó…

Como al día siguiente que me dirigía andando hacia el Congreso con 3 profesores de Adams, entonces yo era el director de clases y estaba en la calle Velázquez.
Había un poco de ‘ambiente’ en la calle e íbamos andando por Alfonso XII, la que está pegada al Retiro, en un momento dado, cuando empezamos a descender por una de esas calles que llevan al Pº del Prado la policía, supongo, hizo estallar una bomba o un paquete o un petardo o lo que fuera aquello. Y yo salí corriendo hacia delante, hacia el Congreso, 2 se quedaron clavados en el sitio y el otro salío huyendo despavorido. Siempre que nos juntábamos lo contaba uno de ellos como cosa graciosa…
Fue gracioso, luego ya les perdí la pista ese día.
Supongo que los otros dos decidieron volver o irse a tomar una aperitivo. Lo más gracioso es que uno de ellos había sido responsable político y al que había tenido que pedirle permiso y fecha para mi boda, cuando me casé en el 75. Pero a los cargos políticos de entonces, incluso en la clandestinidad, ni siquiera los detenían mucho, como a los pringadillos como yo.

O cuando vimos llegar una manifestación de fachas que venían hacia Neptuno desde Atocha. Fui a avisar a un capitán de la Policía Nacional para que les disolviera, pero se encogió de hombros. Así que nos juntamos los que pudimos y nos fuimos a hacerles frente y empezamos a correr hacia ellos dispuestos a todo. Los fachas recularon y empezaron a correr espantados. Y en esas estábamos, corriendo en pos de ellos, cuando otro que estaba a mi lado y yo, que íbamos los primeros, nos dimos cuenta a la altura de la sede de los antiguos sindicatos que nos habíamos quedado solos y que ellos eran un montón. La gente no nos había seguido nada más que un pequeño trecho… Así que, glups, pies para qué os quiero… Y antes de que los fachas se pudieran dar cuenta que nos podían devorar nos dimos la vuelta y empezamos a correr en sentido contrario hasta encontrarnos de nuevo ‘arropados’ con más de los ‘nuestros’.
Me he reído mucho de esa historia todos estos años, pero es porque no me llegaron a pillar, no sé si lo hubiera podido contado. Doy gracias a que entonces no era un gordo convencido y corría todos los días una hora o más para correr los maratones de Madrid todos los años que si no…

 

 

Entre todos las fortunas que hay en la foto arreglaban el hambre y los problemas no sólo en sus países, en el mundo entero… Bueno a lo mejor exagero, pero en sus países no me cabe duda, ¿por qué les dejamos en el primer mundo que cometan esas tropelías y luego nos rasgamos las vestiduras como si no estuviéramos al tanto?

 

 

 

¿Qué relación tiene con Burkina Faso o con África?

Una o ninguna, pero me apetecía recordar que, con todos los problemas y lo tremendamente imperfecto del sistema político siempre puede haber cosas peores.

 

Como lo que está pasando en Túnez, Egipto, Libia…, son cambios que espero que sean algo más que una aplicación del principio del príncipe del Gatopardo, vamos a cambiar algo para que todo siga igual (ya sé que la cita no es exactamente así, pero sólo me quedo con las ideas y a veces las pierdo).

Lo que me hará gracia será ver a Gadaffi retirado puede que en esta país, ya que fue él, y lo franceses quienes ayudaron al Presidente actual a derrocar (y asesinar) a Sankara, el anterior presidente.

 

No si finalmente puede que como me insisten tanto por aquí, Dios acaba por castigar a los malos. Pero los cubre de millones… ya podía también quitarles la pasta y dársela a los pobres, ¿o es que no le parece justo al Todopoderoso?

 

 

GALERÍA DE RETRATOS DE JAVIER NAVAS

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