Después de tres años de recortes y austeridad, Portugal cerró el domingo 17 de mayo el programa de asistencia económica auspiciado por la troika (Unión Europea, el Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional). Han sido tres años de inestabilidad, recortes y de mucho sacrificio soportado por la población del país ibérico. Portugal se convierte así en la segunda nación europea, después de Irlanda, que da carpetazo a su programa de rescate. A Grecia todavía le quedan algunos años más.
¿Por qué fue rescatado Portugal?
Volvamos al año 2011. La eurozona se encontraba en un momento de incertidumbre económica. Varios países europeos se encontraban en recesión tras la crisis financiera de 2008, el pinchazo de las burbujas inmobiliarias y la continuidad del euro como moneda única se ponía en duda diariamente.
En ese contexto, los estados aumentaron su gasto público con el fin de reactivar la economía, pero la producción se había ralentizado, las empresas contrataban menos trabajadores, los bancos concedían menos créditos, los países recaudaban menos impuestos y, por ende, cerraban el año fiscal con déficit público.
Los mercados financieros comenzaron a tener serias dudas sobre la posibilidad de que los estados devolvieran sus bonos de deuda pública. Grecia se encontraba al borde de la quiebra. ¿Qué ocurrirá con España? ¿Y con Irlanda? ¿Y Portugal?
A mayor riesgo, mayores intereses. Así, los intereses de los bonos a diez años de los PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España) se dispararon. Los bonos lusos se situaban entorno al 13% en mayo de 2011 y en febrero de 2012 escalaron hasta el 16 %. En 2009 estaban por debajo del 5% y a día de hoy están de nuevo entorno a esa cifra.
Un país necesita emitir deuda para poder financiarse y Portugal no podía afrontar unos intereses tan elevados. Por lo tanto, corría el riesgo de no poder endeudarse para hacer frente a sus pagos y lo que le exponía a caer en bancarrota.
La troika ofreció al país un crédito de 78.000 millones de euros a un interés menor que el que ofertaba el mercado. A cambio, Portugal tenía que llevar a cabo una serie de reformas -recortes y subidas de impuestos- con los que reducir su déficit público y garantizar el pago de la deuda.
¿Qué ha ocurrido en estos tres años?
Durante estos tres años, los presupuestos del Gobierno luso han estado bajo la supervisión de los inspectores comunitarios y del FMI. Portugal ha tenido que realizar severos recortes para satisfacer las demandas de sus acreedores. Esto es, reducción del gasto público y disciplinar su déficit público. Así, el Ejecutivo ha conseguido reducir el déficit en cinco puntos en tres años -del 9,8 % de 2010 al 4,9 % de 2013.
Las cosas han empezado a mejorar para Portugal. El país salió de la recesión técnica en noviembre tras registrar crecimiento económico durante dos trimestres consecutivos y el Gobierno espera que continúe por esta senda en 2014, aunque el PIB cayó en el primer trimestre del año.
El paro luso se disparó entre 2011 y 2013. Llegó a estar al 17,5 %, y ahora mismo está entorno al 15 % de la población activa.
Dos son los factores que propulsan la economía portuguesa: las exportaciones y el turismo, dos motores que han aumentado su peso en el país en los últimos años.
Pero por otro lado, la deuda pública lusa equivale hoy al 130 % del PIB, mientras que en 2011 suponía el 100. Las cargas impositivas se han disparado y los trabajadores portugueses soportan unas condiciones laborales más precarias.
El índice de pobreza ha aumentado. En 2012 un 18,7 % de la población de Portugal estaba en riesgo de pobreza, el mayor porcentaje alcanzado desde 2005, según datos del Instituto Nacional de Estadística luso (INE).
A pesar de haber reducido el paro, un 15 % sigue siendo una tasa muy elevada para soportar el Estado de Bienestar luso.
¿Y ahora qué?
Durante los tres años que duró el programa de asistencia, Portugal dejó de emitir deuda en el mercado primario. Sólo se intercambiaban bonos lusos en el mercado secundario, es decir, entre los que ya habían comprado deuda del país. Ahora volverá a emitir bonos y verá los intereses crecer o disminuir de acuerdo con las leyes del mercado. Por ahora todo marcha bien.
Los intereses de la deuda pública lusa en el mercado secundario -, donde se compran y venden los títulos adquiridos- cotizó el día 21 de mayo por encima del 4 %.
El Gobierno portugués ha decidido cerrar el rescate financiero sin recurrir al apoyo adicional de los socios de la UE . Portugal volverá a los mercados y a realizar sus cuentas sin necesidad de ningún programa cautelar, es decir, de manera limpia. Esto conlleva mayores riesgos para la economía lusa pero otorga mayor autonomía al Gobierno.
Irlanda también fue rescatada por la UE y el FMI por 85.000 millones de euros y en 2013 fue la primera nación europea que puso fin a la supervisiones de la troika con una salida limpia. Fue a finales del año pasado cuando la república abandonó el programa, por lo que aún es pronto para saber si ha sido un éxito o un fracaso.
La economía portuguesa tras el rescate muestra algunas mejorías. Las exportaciones muestran una incremento que han permitido presentar un balanza comercial positiva en 2013 por vez primera en 70 años. Además, han conseguido reducir el déficit presupuestario de Portugal.
No obstante, la pobreza ha aumentado en el país ibérico y los jóvenes lusos emigran a Europa, lo que deja al país con una población altamente envejecida.
La pregunta ahora es si las mejoras económicas de las que se enorgullece el Ejecutivoconservador de Passos Coelho se mantendrán en el tiempo, lo que permitiría cerrar la brecha entre Portugal y sus vecinos del norte de Europa.