Cada vez que te asalte el insomnio
piensa no solo en Emil Cioran
recorriendo las ciudades francesas
en bicicleta
de madrugada
como alma que lleva el diablo.
Cada vez que te asalte el insomnio
piensa en las famillias enteras de afganos
padres e hijos de corta edad
trabajando a oscuras
fabricando ladrillos
durante toda la noche
en un campo de refugiados
en Pakistán
por menos dinero del que te gastas
en cortarte el pelo.
Miles de ladrillos
cada noche
para no morirse de hambre.
(Los árboles brotan
en rincones insospechados
en cajas de ladrillo
para un Joseph Cornell
de la justicia poética).
Foto: Corina Arranz