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Reflexiones de una noche

Imagen: pexels-mikhail-nilov-n dos

Adormecidos, en una sociedad manipulada, donde las grandes ideas son anuladas por intereses marcadamente egoístas de poder y ambición, nos mantenemos paralizados sin saber cómo afrontar el camino de la verdad, de la estabilidad social, de la pureza en la unidad por un bienestar universal.

Los medios informativos, muchos de ellos, informan de lo que quieren según sus directivos y consejos de administración, mintiendo muchas veces para crear confusión y nunca saber la verdad objetiva o por el medio del silencio. Lo que no se publica, no existe.

Se crean listas de personas, de organizaciones civiles que entran a formar parte de un listado negro cuyo interés único es desprestigiar y anular. Para ello se valen de todos los medios posibles, incluidos las falsedades, rumores inciertos, noticias no constatadas y la joya de la corona, las redes sociales intentan anular el razonamiento crítico.

Grandes mujeres y hombres con también grandes ideas, han sido silenciados bajo esta fórmula de acoso y derribo, cuando al poder que mal nos sostienen, lo considere necesario.

Las acciones de falsas banderas se extienden en la geopolítica actual con el fin de conseguir los fines establecidos por quienes gobiernan realmente el mundo.

El resto de la sociedad mundial, somos meros peones sin decisiones en una tabla del ajedrez, donde quien marca el avance o la muerte, son las piezas que más poder ostentan sin importar el sacrificio del resto de las piezas humildes, dentro de un campo de batalla donde el sufrimiento, el odio, el asesinato y el crimen de lesa humanidad, son las verdaderas banderas que portan en sus torres negras y blancas de marfil, sembrando la discordia y dejando tras de sí, un mundo que cada día se agota y muere.

Vivimos al borde de un remolino donde en cualquier momento triturara a nuestro frágil planeta por culpa de políticos y gobernantes ineptos y orgullosos, a los que sólo les importa su ego y su sillón, arrasando el bienestar social de sus pueblos.

¿Qué nos ha enseñado la historia de la humanidad en el paso del tiempo que no sabemos seguir caminos distintos en lugar de repetitivos que solo nos llevan al dolor?

Da igual la ideología que tengan. Si de izquierdas o derechas. De tal o cual religión. Todos actúan de la misma forma cuando tienen en sus manos el poder que como una potente droga anestésica, olvidan promesas y actúan según sus intereses a medio plazo.

El sistema político actual está podrido. Políticos corruptos que son condenados y después amnistiados, perdonados por el gobierno de turno, violando la credibilidad de una democracia y una ley igualitaria para todos.

El indulto es la salvación última de los que atentan contra los intereses de la sociedad. Se mofan y ríen, ante los que cumplimos con la Ley establecida. La democracia sólo es real cuando hay elecciones. Tras las mismas, todo se olvida y todo sigue igual.

¿Pero quién consiente todo esto? Está claro que la sociedad en su conjunto. Una sociedad que es importante mantener desinformada, confundirla, para que de esta forma se elimine la capacidad crítica y bajemos la mirada ante el acoso de sus impertinencias. Nos tienen que mantener entretenidos, alimentando programas basura y sosteniendo a un ejército de tertulianos, para darnos lecciones según sus intereses de quienes le paguen, creando confusión entre los oyentes, peleándose entre sí a gritos y dejando al ciudadano estupefacto ante tanta ignorancia.

Mientras todo esto exista y los verdaderos informadores de la verdad sean apartados de lo público y sólo puedan informar en periódicos o páginas webs que no todo el mundo tiene acceso a ellas, ellos, tendrán el poder de amasar a las masas, de levantar un Ministerio de la mentira creíble y seguir viviendo de sus sillones en un país de dictadura consentida y amarga.

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