RENGA
Alberto Silva, Misael Ruiz y Juan Pablo Roa.
EL TORDO hilvana el vuelo
en la maleza
con esa suavidad
con que tus manos trenzan
la red que ya se abate.
Blancos, negros y grises.
Vuelos torpes de plumas
y de velos talares:
la moza teje
para lo que no sabe.
El robledal
es el nido y la tumba
del peregrino:
que en esta noche
arda todo en la mano.
REJA de arado
en la piel de la luna,
luz estragada,
húmeda noche de febrero,
olor perla en el aire.
Nubes que pasan
llevando sueños
que parecen ajenos;
caminos en la noche
a otra orilla que ahora es vida.
Despierta de su sueño,
pero no sabe
en qué orilla despierta.
Un surco se abre paso a paso y vuelve,
verso a verso, sobre sus pasos.
**
TARDE o temprano
decae, adusto,
el acerado invierno.
Florece en la memoria entonces
la trama de la primavera.
Pistilo, estambre:
los hilos del amor
se esparcen. Una flor
dice a otra su dulce melodía,
¿será, tarde o temprano, áspero llanto?
Oyes latir corolas,
te bañas en su resplandor
y una canción acunas:
trenza de gozos y de sombras,
olvidos y dolores.
SE ENTRECRUZAN las voces
en el patio: repiten
un antiguo alborozo.
Escuchas a través de la ventana
como un ave en su jaula.
De pronto, echa a volar:
es su viaje
al infinito
prudente de la rama,
donde vuelve a anidar.
Lo llamas viaje,
pero sabes que es sólo
el arco de tu vida.
No importa la amplitud del paso,
sino las hebras de su canto.
**
UNA SENDA serpea
entre las piedras,
el sol motea la ladera:
encinas que entrelazan
raíces, ramas negras.
Su pie tropieza:
no ha visto el ojo
la piedra en el camino.
La vida sigue intacta,
¿puede el hombre abarcarla?
No decir piedra,
tampoco rama,
pie que tropieza.
Mejor quedarse solo
en el camino con la piedra.
LOS PIES que quiebran
la senda de hojas secas
y, en silencio, unas manos
acarician posibles mapas
de un camino olvidado.
El tiempo hace de los ojos
pies que caminan de regreso
a lo que fue su porvenir.
También allí los mapas
son ilusión del paseante.
Primero todo calla,
luego el susurro
del viento en la montaña;
sobre las hojas secas
mis pasos me acompañan.
En 2018, el poeta argentino Alberto Silva, el colombiano Juan Pablo Roa y el español Misael Ruiz se propusieron componer un renga o poema a tres voces siguiendo ciertas reglas de composición de inspiración japonesa. El renga original está constituido por una sucesión de tanka, o poemas breves de dos estrofas, escritos por distintos poetas. Al igual que sucedía en la época del esplendor del renga, se han reunido también en esta ocasión tres poetas. Lo que comenzó siendo el remedo de una tradición ajena fue cobrando fuerza y, entre marzo de 2019 y marzo de 2020, compusieron la colección de poemas encadenados que conforman el libro, del que hemos seleccionado los poemas para esta nube habitada.
Consta de tres series, articuladas en torno a un tema distinto cada uno de ellas, que llevan por título: «Hebras», «El país de la nada» y «Dentro y fuera» (este último coincidió con el confinamiento de la pandemia).
El efecto más evidente de este modo de escribir es la impersonalidad. El poema en su conjunto no es el producto de ninguna conciencia individual y, en realidad, contradice la idea de un sujeto y de una experiencia particular. El yo particular se diluye silenciosamente en el texto, de modo que la autoría sólo puede atribuírsele a la propia lengua.
El libro ha sido editado por Animal Sospechoso (Barcelona), en 2022.
https://animalsospechosoeditor.com/libro/renga/
Alberto Silva (Buenos Aires, 1943), poeta y traductor, ha publicado los libros de poesía El viaje, Celebración del mar y Perros calientes. Fue profesor de la Universidad de Estudios Extranjeros de Kioto y ha publicado en prosa, entre otros, La invención de Japón (2000), El libro del Haiku (2005, 2008), Libro de amor de Murasaki (2008) y Zen (2015 y 2018).
Misael Ruiz ((Bruselas, 1960) es autor de los libros de poesía El hueco de las cosas (2010) y Todo es real (2017; premio Antonio Oliver Belmás). Ha traducido y editado la poesía de Clive Wilmer (2011), R.S. Thomas (2008), George Herbert (2014, con Santiago Sanz; premio de Traducción Ángel Crespo, 2015) y Catherine Pozzi (2018).
Juan Pablo Roa (Bogotá, 1967) es autor de los libros de poesía Ícaro (1989), Canción para la espera (1993), El basilisco (2008) y Existe algún lugar en donde nadie (2010, 2017, XXXV premio de poesía Vila de Martorell). Ha traducido la poesía de Amelia Roselli (2004), Anna Maria Giancarli y Antonella Anedda (2014).