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Mientras tantoResumen teatral de 2017 (I)

Resumen teatral de 2017 (I)


 

No sé si me gustan los rankings de final de año ni de final de temporada.

 

Creo que no me gustan los rankings porque nunca estoy de acuerdo con ellos.

 

Creo que no vamos a hacer un ranking, sino que vamos a hablar así por encima de lo que hemos visto o vivido en 2017. No va a estar ningún montaje en el primero ni en el último puesto, aunque podría… No va a haber ninguna lista con puntuaciones, de esas de visionado rápido.

 

Creo que iremos mes a mes. De lo que no hemos visto, pues no podemos decir mucho; de lo que hemos visto, podemos decir mucho o poco, porque a veces nos marcó y a veces  no nos dejó ninguna huella y se nos olvidó en las cañas después de la función… Aquí en El gallinero no hacemos críticas de espectáculos, pero en esta ocasión, y para finalizar el año, creo que nos daremos el lujo de dar algunas muy breves pinceladas sobre algunos montajes…

 

Comenzamos, mes a mes…

 

ENERO. Este 2017, en que nuestros oficinistas decidieron que iban a ir menos al teatro, y creo que no lo cumplieron, comenzó teatralmente bien, pero tampoco para tirar cohetes… Empezó con algún montaje pequeño, y algún otro grande… De los pequeños recuerdo Redecoración, en el Alfil, en que me reí bastante con un matrimonio psicodélico que trataba de convencer de muchas cosas extrañas a la hermana de uno de ellos… También me reí bastante con la comedia de tinte clásico California Suite de Neil Simon, en Arte & Desmayo… Y en los teatros grandes, hubo una que ni fu ni fa, Yllana 25, en el Canal, en la que para celebrar el aniversario de la compañía, desplegaron su gran maestría en cuanto a efectos de todo tipo… También estuvo muy interesante comenzar 2017 con el duelo entre la enfermera y el paciente de Idiota, en el Pavón

 

California Suite

Magdalena Broto e Ignacio Durán en California Suite 

 

A mediados de mes llegó Madferia, que es un evento en el que se ve tanto teatro y tan seguido (varias obras al día) que uno olvida rápidamente para poder sobrevivir y contarlo a los nietos… Solo recuerdo que hubo danza, circo, teatro, infantiles, charlas, coloquios… un poco de todo. Pero el plato fuerte de Madferia, y también el plato fuerte de enero, fue Eroski Paraíso, de la histórica compañía gallega Chévere, que estuvo programado en el Matadero unas tres semanas, y en el que asistíamos a la grabación en directo de un documental sobre una antigua sala de fiestas reconvertida en supermercado, y en la que cada día un afortunado salía con su merluza cortadita en rodajas. Reí y lloré con Eroski Paraíso cual perro dálmata al máximo de disfrute (tanto que la vi dos veces en Matadero, en octubre me escapé a Las Rozas a verla de nuevo, y creo que la veré otra vez en un pueblo cerca de Madrid la próxima primavera…) También en enero tuvimos una entrañable cita con un gran personaje de la cultura, como la Piaf, en Edith Piaf. Taxidermia de un gorrion, de los viajeros Kulunka Teatro, que se pudo disfrutar en el Teatro Español… El argentino Rafael Spregelburd nos trajo al Canal una de sus últimas propuestas, Spam, dentro del Festival de Otoño. Y además, vimos alguna gran obra que no nos dijo nada, como Las brujas de Salem en el Valle Inclán. Y disfrutamos con Elegy en Madferia , Un obús en el corazón en el Canal, Los Gondra  en el Valle Inclán, Billy Bud, marinero en el Real, o con una versión de El perro del hortelano con muy pocos actores en el Lara. Y hemos de confesar, sí, que nos aburrimos bastante con El cartógrafo en el Matadero.

 

Eroski Paraíso

Patricia de Lorenzo y Miguel de Lira en Eroski Paríso

 

Uno de los momentos más esperados fue la nueva temporada del Teatro Español, programada por Carme Portaceli, que causó un buen tumulto y a la que aún algunos no la perdonan muchas cosas.

 

Español

Foto de familia en la presentación de la temporada del Español en enero de 2017

Y el último día de enero, el 31, tuvo lugar la segunda edición de los Premios Godoff, en la que montajes como La tempestad, de La Puerta Estrecha y César Barló se llevaron un merecido galardón (entre otros muchos premios que no tenemos espacio para enumerar). 

 

Premios Godoff

Premios Godoff esperando a ser entregados

 

FEBRERO.- El Teatro Español comenzaba su nueva y polémica programación, y lo más interesante que tuvo ese mes, que estuvo muy cargadito, fue el ciclo Dos Piezas Dos, compuesto por dos obras de autoras españolas en la sala grande (hasta entonces, y salvo en contadas ocasiones, a los autores/as españoles/as se les habían ofrecido los rincones más diminutos de los teatros públicos, como la sala pequeña del Español, la buhardilla del Valle Inclán, o el sótano del María Guerrero…) Aquellos dos montajes en la sala grande el Español, fueron La armonía del silencio de Lola Blasco y Vientos de levante de Carolina África.

 

La armonía del silencio

 

Otro tema candente de febrero mes fue la recuperación del Premio Mihura, otorgado a la actriz elegida por un jurado de especialistas (especialistas en reconocer a la mejor actriz del año), y otorgado en una gala en el Café Gijón, en que las nominadas tuvieron que pagar los 25€ de su cena, porque no había presupuesto… La ganadora fue Beatriz Argüello. Y lo más gracioso sobre este tema fue que nuestra reflexión humorística sobre el Premio Mihura fue tomada como dogma de fé por otro periódico que se supone algo más serio… En fin…

 

En febrero vimos montajes muy fuertes, como Demonios, de Lars Norén, en el Teatro Galileo, potentes finales de curso trasladados a salas comerciales, como La herida del tiempo en la Sala Tú, grandiosas reposiciones, como Las bodas de Fígaro en el Teatro de la Comedia, cosas aburridos y planas, como Panorama desde el puente, en el Canal, obras visualmente muy interesantes, como el homenaje a Pandur en el Teatro Español, con Fausto e Inmaculata, simplonas, como La Villana en el Teatro de la Zarzuela… Espectáculos de danza muy potentes, como Caída del cielo en el Español, y La Wagner, en el Museo Reina Sofía… Inclasificables, como la inconmensurable La Ribot con Another Distinguée en la Sala Negra del Canal, con el público de pie siguiendo a los performers por la sala… Emotivas como el ensayo general de Réquiem, de la imprescindible Ester Bellver, en el Teatro Guindalera… 

 

 Réquiem

Ester Bellver en Réquiem

 

MARZO. Este mes vino cargadito de polémica con el tema Matadero, los cambios de nombres de sus salas, la nueva programación del ganador del concurso público Mateo Feijóo, la denominación de «Artes Vivas», la presentación de lo que quedaba de temporada allí en el nuevo Matadero, a la que mucha gente fue a protestar y a hablar de lo suyo (y a algunos se les marcaban las venas en el cuello que daba verdadero miedo estar cerca de ellos)…

 

Matadero

Presentación del nuevo Matadero en marzo de 2017
con Meteo Feijóo, Celia Mayer, Getsemaní de San Marcos…

 

El problema fue que Mateo Feijóo no se quedó atrás en aquella presentación y respondió de un modo no muy correcto a algunas preguntas… Los diarios on line y algunos en papel se llenaron de líneas sobre Feijóo. Ahora, nueve meses más tarde, la polémica sigue en pie, con numerosas cartas al ayuntamiento de defensores y también de detractores, numerosas protestas en las redes sociales, mucha gente inmolándose en la puerta del Matadero bajo el cartel de las Artes Vivas, diciendo: «¿Qué pasa? ¿Acaso antes éramos artes muertas? ¡Viva Max Aub! ¡Viva Francisco Arrabal, digo, Fernando Arrabal!»… Vale, lo reconozco, esto último no es cierto, no, no lo es… Pero hubiera sido divertido, cuando menos… 

 

Viva el Matadero

Misteriosa servilleta encontrada esos días por el Matadero

 

Y mientras el Matadero se prepara para el cambio de rumbo, y se quitaban los nombres de las salas para volverlos a pegar unos días más tarde, la cartelera madrileña seguía su rumbo… Marzo estuvo gratamente sembrado de teatro infantil con el Festival Teatralia, que tuvo varias visitas memorables, como la de la Suzanne Lebeau con la maravillosa Gretel et Hansel en el Canal y la de DynamO Théâtre con Devant moi le ciel en el Centro Cultural Paco Rabal. También vimos montajes tiernos, como He nacido para verte sonreír, en la Abadía, polémicos como In memoriam. La quinta del biberón en el María Guerrero, divertidos como La piel del lagarto en la Cuarta Pared, sosos como La judía de Toledo en la Comedia… Conocimos a las tres hermanas de Chejov en Nave 73 en una estupenda versión llamada Moscú, dirigida por Patricia Benedicto… Nos reímos con Mi cuerpo un hotel, también en Nave 73… Vivimos dos historias en lugares lejanos, Furiosa Escandinavia y Ushuaia, ambas en el Español, y ambas de autores españoles vivos, lo cual es algo para seguir celebrando, a pesar de que nos gustaran más o menos los montajes… Y también asistimos a una de las cosas más desasosegantes del año, Séneca, en el Valle Inclán.

 

Gretel y Hansel

Gretel y Hansel, de Suzanne Lebeau


A finales de marzo, la polémica de Matadero continuaba, y se empezó a utilizar en todas partes dos términos un tanto estúpidos, que son los de «teatro teatro» y «teatro de texto«. Aquellos que decían dedicarse al «teatro de texto» se quejaban porque en el Matadero ya no se hacía de ese tipo de teatro (aunque la mayoría de las veces que hemos ido al Matadero, en las obras se habla un montón…)Y aquellos que decían que lo bueno era el «teatro teatro», protestaban porque lo que consideran que el público quiere ver es precisamente eso, «teatro teatro», pero aún no nos han explicado en qué lo que no es «teatro teatro». A día de hoy, aún seguimos algo perplejos cada vez que alguien vuelve a sacar sobre la palestra esas dos expresiones.

 

Y en esas estábamos, cuando de repente llegó abril.

 

Continuará…

@nico_guau


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