La historia del ajedrez está a rebosar de todo tipo de errores. Muchos de ellos se producen debido al gran enemigo del ajedrecista que es el implacable reloj, ya que este artefacto, obliga a desarrollar la partida en un tiempo limitado.
Para los que no gustan del estrés causado por el dichoso reloj en la competición en vivo, existe la modalidad de ajedrez por correspondencia en la que se dispone de “todo el tiempo del mundo” para decidir los movimientos. Dado el privilegio que supone poder elaborar las jugadas tranquilamente e incluso mover aquí y allá las piezas cuanto nos plazca hasta por fin decidir nuestro movimiento, parece que casi podría estar excluido el error grosero, tal como no ver un mate evidente o dejarse una pieza “colgada”.
Pues bien, nada más lejos de la realidad, ya que a pesar de todo lo dicho, el error siempre está latente y para muestra, vean el diagrama siguiente, que pertenece a una partida jugada por correspondencia en 1982.
Las negras acaban de jugar 1… Axb2 y son castigadas rápidamente.
Blancas juegan y ganan
Tiempo concedido: 10 minutos
La solución en el próximo artículo
Solución al Reto 16
1.h7
Esta jugada es única ya que si se avanza el otro peón, las torres llegan a tiempo de controlar los dos peones [1.a7 Tg8 2.h7 Th8 3.Tg7 Ta1]
1…Th1 2.a7 Ta1
Ahora parece que las torres tienen a los peones bajo control, pero…
3.Td1
¡Sorpresa! ¡El blanco entrega la torre! y es que dos peones a punto de coronar, son una amenaza considerable
3… Thxd1
Si se captura con la otra torre, 3…Taxd1, sigue 4.a8D+ Re2 5.h8D
4.h8D Txa7
Y ahora, parecería que los intentos del blanco no han servido de nada, ya que únicamente tiene una dama contra dos torres y un peón, pero ahora aparece el detalle de la 5ª jugada que les comentaba la semana pasada
5.Dh5+
Con posición ganadora, ya que el negro pierde una torre y pronto caerá el peón y el final de dama contra torre está ganado, aunque eso sí, se requiere cierta técnica para ejecutarlo.
Luis Pérez Agustí