Las imágenes serán la mejor representación de mis deseos y búsquedas, pero intentaré contar el recorrido de una forma breve. Me inicio sólo con el deseo de dibujar, de pintar, de grabar. Todo me fascina.
Hay que referirse al momento, el día, el año. Fue a partir de un viaje a Los Ángeles (California), gracias a una beca del Comité Conjunto Hispano-Norteamericano, entre 1979 y 1981. Allí me planteé seriamente que necesitaba incorporar algo más de dirección a lo que buscaba. Exceptuando los impromtus, quizás podría hablar de una especie de equilibrio en el que el pensamiento ocuparía un 60% y el corazón el 40% restante.
No he dejado de estudiar la influencia de la luz en el estado de ánimo. Se me aparece una misma imagen, repetida, con sol, con sombra, y con resultados tan distintos…
Posteriormente empiezo a contar las imágenes sólo por la sombra que proyectan: Misión de San Gabriel, The hole, Luces y sombras…
La idea de una imagen que aparece es constante, y se repite, sobre todo por lo que respecta a la obra gráfica. Por eso quiero darle la oportunidad de que se convierta en una obra que cuente, que sobre todo transmita sensaciones que el grabado, por sí mismo, no suele lograr. Es el caso de Embalaje sobre embalaje (primer premio María de Salamanca en el XI Premio Nacional de Grabado Español Contemporáneo, celebrado en Marbella). Esta obra parte del grabado fragmentándolo para luego volver a componerlo, creando así una nueva imagen que, junto a imágenes sucesivas, vuelve a experimentar una metamorfosis.
Continuo persiguiendo las luces y las sombras. Ante la aparición de una nueva imagen, que se repite, estática y en movimiento, surge un nuevo planteamiento. La búsqueda no termina nunca.
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