Ya estoy en ti.
Tu ser, tu canto,
la suave brisa
de tus palabras,
la tímida suavidad
de tu piel salada,
el aroma
de tu boca sagrada.
Escucho tu lamento
y comprender el mío.
Juntos nos abrazamos
bajo la luna dorada.
La luz se va
y llegan las estrellas
que ante ti reflejan
su gran belleza,
universo escondido
de mi alma perpleja.
Siento la acaricia
de tus manos calladas,
el susurro de tu boca,
el olor a mar.
La arena se desliza
transformando ilusiones
llenas de esperanza,
faros que alumbran
luces ahogadas.
Te canto, me duermo.
Me acurruco en tu regazo
haciéndome soñar.
Me das fuerzas
para volver amar
y me haces sentir
el sabor a mar.