Saigón

Tenemos que ir a Saigón
le digo al único hombre
al que le puedo decir esto
y su cabeza, que nunca descansa,
me responde
que mi próximo libro
se tiene que titular así

Para mí, Saigón
son muebles sobrios
de madera marrón muy oscura
de la Indochina francesa
muebles en los que perfectamente
te puedes quedar a vivir
una larga vida entera
una vida de caminos de tierra verde
calor verde
sueño verde
podría continuar
en una infinita enumeración
desde un cielo verde
hasta el fondo de un pozo verde

Tenemos que ir a Saigón
a surcar su impresionante río verde
no, azul, me corriges
pero para mí todo es verde en Saigón
ya lo he dicho
Nuestros ojos azules, vida,
allí serán verdes
y nuestro amor, sin embargo,
será duro y resistente
como la madera de teca
de los muebles que perviven
en casas eternamente verdes

Tenemos que ir a Saigón
me dice el único hombre
que me puede decir esto
a recostarnos en grandes almohadones
de seda verde como la noche
mientras languidecemos en su opio
hasta el final
como hizo el viejo Thomas Fowler
y su hermosa amante Phuong

 

Que así sea, amor

 

Fotografía de Chus Molina Raspal

 

Salir de la versión móvil