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El dueño pálido de la tabaquería   el blog de Ernesto Pérez Zúñiga

Sakineh


He llevado en la mano el recorte de periódico en el que los hijos de Sakineh pedían socorro en una carta abierta al mundo.

 

Una carta que llevaba más de un mes en la ventana de mi habitación.

 

Pedían socorro, piedad, en una carta escrita para este mundo, solo para este, porque podía escuchar y hacer.

 

Y puse la carta en la ventana.

 

Hoy he caminado con el recorte de periódico por medio Madrid, he entrado en autobuses, he pasado por delante de comercios, he adelantado gente que camina, he tomado una cerveza en un bar, la carta de los hijos de Sakineh siempre conmigo.

 

Mientras tanto, pensaba que quizá la estarían asesinando justo ahora en ese país llamado Irán.

 

O que estarían haciendo el amago de avisarla, encapucharla y devolverla a la celda mientras nuestros países presionaban al gobierno de ese país llamado.

 

Irán. Ese lugar de la tierra en la que los hijos de Sakineh escriben cartas para nosotros, para que no los olvidemos un solo día.

 

Mientras tecleo estas letras pienso en cada palabra, en cada significado que pasa por tu mente, Sakineh, víctima en cada mundo.

 

Y me pregunto qué voy a hacer exactamente a continuación de seguir pensando.

 

 

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