Cuesta entender que la justificación de una pieza musical contemporánea tenga que hacerse por su relación con la tradición. Pero es una realidad que sin ese vínculo difícilmente puede argumentarse a su favor, como en cualquier otra expresión artística contemporánea. De tal manera que, tanto profesionales, como estudiosos, como público, necesitan saber que hay una relación con un pasado que siempre se recuerda glorioso.
Esta es la reflexión que surge tras escuchar el concierto de la Orquesta y Coros Nacionales de España (OCNE) del 8 de abril de 2024 en el Auditorio Nacional. Uno de esos satélites que ofrece. Esta vez para que los asistentes viajen del pasado a hoy, musicalmente hablando.
El ayer lo pone la música renacentista. El hoy unos cuantos compositores y compositoras contemporáneos, en unas piezas excesivamente breves como para apreciar su trabajo, excepto Versa est in luctum: Resonare fibris II de Sergio Blardony. Obra que ha inspirado este viaje, es decir el programa al que se convoca al público y que forma parte del disco Resonare Fibris publicado por Ibs Classical.
Es cierto que incluso un oído poco entrenado encontrará las diferencias y similitudes ente las composiciones más antiguas y las más nuevas. Aunque simplemente sea una persona que disfruta de la música y no sea capaz de nombrarlas o colocarlas.
Ese juego permitirá preparar el oído para la última pieza de Blardony, el estreno, donde la mezcla de tiempos musicales es total. Así, habrá música y voces grabadas y reproducidas a través de altavoces estratégicamente colocados, buscando una espacialidad. Estas alternan con música interpretada en el escenario por el pianista Mario Prisuelos, clarinete y violonchelos y voces. Llegándose a la conclusión de que para construir una pieza contemporánea es tan importante saber de composición como saber de la reproducción del sonido por medios electrónicos.
Y se oye la complejidad y el alambicado de la pieza. Se oye el presente renacentista, como el pasado de la música de hoy. La actualidad de Las coplas por la muerte de su padre de Jorge Manrique a las que se refiere el poema de Pilar Martín Gila que grabado forma parte de esta composición. Su capacidad de reverberar en las cabezas de los más leídos como hito cultural aceptado y memoria de una sentimentalidad literaria cimentada en institutos y colegios españoles
Y se aprecia el esfuerzo hecho tanto por la OCNE como por todos los participantes. Como se aprecia la fragilidad de la música contemporánea. La sensación de que es material sensible y frágil conseguido con mucho esfuerzo. Como ese vaso de cristal que Prisuelos frota o desliza sobre las cuerdas del piano durante un momento de Resonare Fibris II. Que da miedo siquiera criticar por la posibilidad de romperlo o fragmentarlo. Y que lo mejor que se puede hacer es sentarse a disfrutarlo, en la medida de las capacidades de cada persona, de lo más nuevo que siempre tiene algo de otro tiempo.