San Francisco de Asís es una de esas figuras que los vaivenes políticos, económicos e históricos nunca desbaratan del todo. Su figura flota como un madero sensible a los oficios de la naturaleza y a las ambiciones de los hombres. “San Francisco de Asís – Escenas Franciscanas”, única ópera del compositor francés Olivier Messiaen (1908-1992), una de las grandes apuestas del nuevo director artístico del Teatro Real, Gerard Mortier, se representa paradójicamente fuera del carísimo templo levantado frente al Palacio Real. La representación en Madrid Arena “será el estreno en España de la versión escénica, ya que anteriormente la obra sólo fue ofrecida en su versión de concierto” en 1986, apenas 3 años después de su estreno mundial en la Ópera de París, en 1983. Messiaen trabajó durante ocho años en la composición de “San Francisco de Asís”, como relata el propio Real en su esfuerzo de promoción, “fascinado desde joven por la figura de San Francisco, redactó un libreto sencillo y poético, evocando diferentes pasajes de la vida del santo —que tomó de biografías medievales y de sus propios escritos—, pero evitando todos los aspectos escabrosos y anecdóticos de la juventud disipada del Poverello antes de que éste emprendiera su camino de santidad. Todo en su partitura es monumental: la duración de más de cuatro horas, la plantilla coral y la orquestal de casi 250 intérpretes y la riqueza instrumental, en la que destacan los cinco instrumentos de teclado (xilofón, xilorimba, marimba, glockenspiel, vibráfono), la enorme sección de percusión —cinco intérpretes tocando instrumentos procedentes de Europa, Extremo Oriente y Latinoamérica— y la presencia de tres ondas Martenot”.