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Semana de ébola

 

Martes, 7 de octubre

 

Ayer por la tarde se confirmó el primer caso de ébola fuera de África. Una auxiliar de enfermería que trató al religioso Manuel García Viejo, fallecido el 26 de septiembre, acudió al hospital de Alcorcón después de varios días con los síntomas propios de una enfermedad que hasta ahora no había salido del continente africano. El ébola no tiene ningún tratamiento específico ni vacuna, sólo curas experimentales y con financiación insuficiente, al menos mientras fue una enfermedad de pobres. La mitad de los infectados por el virus mueren. La otra mitad sobrevive con una atención médica adecuada.

 

Durante este verano el ébola se ha extendido por Liberia, Sierra Leona, Nigeria y Senegal. Alrededor de 7.500 personas se han visto afectadas por el virus y 3.400 han muerto. Dos españoles que trabajaban como misioneros contrajeron el virus en Sierra Leona y Liberia. Pese a que el Gobierno los repatrió para garantizarles una mejor asistencia sanitaria, ambos murieron.

 

Teresa Romero atendió a Manuel García Viejo, una de las dos víctimas españolas, y se contagió. Aún no está claro cómo. Teresa hizo vida normal durante varios días después de los primeros síntomas. Así que tuvo contacto con decenas de personas que van a tener que estar unos días en observación. Entre ellos su marido. Y su perro, Excalibur, a quien van a sacrificar. Hay estudios que demuestran que los perros pueden ser portadores del ébola, aunque su influencia en la propagación de los brotes no está clara. Hasta el momento no se ha documentado ningún caso, y las autoridades sanitarias no quieren que Excalibur sea el primero.

 

Javier Limón, marido de Teresa, se niega «rotundamente» a que lo hagan. Antes de ir al hospital dejó varios cubos de agua y la bañera llena para que su mascota pudiera beber, y un saco de pienso de quince kilos para que pudiera comer. También le dejó la terraza abierta para que pudiera defecar. «Se pueden buscar otras soluciones alternativas, como poner al perro en cuarentena y observación, como se ha hecho conmigo. O acaso hay que sacrificarme a mí, por si acaso. Pero claro, un perro es más fácil, no importa tanto», dice.

 

Pueden morirse miles de negros, pero no un perro.

 

Decenas de miles de españoles se unen entonces a una campaña en internet para evitar el sacrificio de Excalibur, que «no es ‘sólo’ un perro, es uno más de la familia». Un día después de la hospitalización de Teresa nadie ha informado a sus vecinos de qué deben hacer y si corren riesgo de contagio. Sanidad no ha mandado ningún equipo para desinfectar el portal, ni los lugares en los que estuvo Teresa. Toca hablar de un perro.

 

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Miércoles, 8 de octubre

 

«La sanidad española es una de las mejores sanidades del mundo –dice el presidente del Gobierno en el Congreso a la hora en la que los españoles se ponen en marcha– y lo que ellos me dicen en este momento, que es lo que yo tengo que transmitir a la opinión pública, es que este es un contagio que no es fácil, que es necesario un contacto directo con el enfermo en fase avanzada y que en este momento lo que tenemos que hacer es estar atentos pero manteniendo la tranquilidad». Podemos estar más tranquilos.

 

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Manuel Jabois, en ‘El Mundo’:

 

«Falló el protocolo de seguridad pero se ha cubierto al pie de la letra, como era de esperar, el protocolo del esperpento, que en algunas horas de la tarde alcanzó ayer picos históricos. Este tipo de protocolo se activa cuando una gran noticia afecta a España, da igual de qué forma. De repente todo adquiere una profunda dimensión trágica y se acaba en un plano de la realidad tan radicalmente tangencial, tan absolutamente deformado, que no cabe otra cosa que el aplauso. Entre los brotes de pánico en plan de este aire no respiro –hay gente que si no siente el fin del mundo cerca no empieza a vivir, por eso pretende imponerlo a los demás– hasta los mensajes virales llenos de datos científicos que parecían reunidos por el mono de un chamán, se empezó a gestar un caldo de cultivo tal que hasta los más optimistas dudaban de cómo conseguiría salir España de semejante nudo de tramas. Así hasta que de repente la actualidad la monopolizó un perro. ¿Saben la extraordinaria viñeta gráfica en la que hay decenas de infectados negros y uno blanco y los periodistas están alrededor del blanco? Pues ahora están alrededor de un perro.»

 

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Que el ébola –y el asunto del perro– preocupa lo demuestran las audiencias de los medios digitales, que estos días se disparan entre noticias alarmantes e improvisadas.

 

«Con esto del ébola podemos reflotar el periódico», le comento a un compañero.

 

«Sí, regalar un traje antiébola sería una buena idea».

 

«Por veinte cupones y catorce euros te regalamos un traje para sobrevivir al ébola. La promoción es insuperable. Es incluso mejor que las tazas de la felicidad de ‘La Vanguardia'».

 

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Excalibur ha muerto.

 

Miembros del laboratorio de Seguridad Biológica de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) han accedido a la vivienda de la enferma de ébola y han sacrificado a la mascota de Teresa. Excalibur ha muerto sin dolor, puesto que lo han sedado. Después, lo han introducido en una bolsa precintada para incinerarlo en una instalación ubicada en Paracuellos.

 

Cuando el furgón ha abandonado el barrio los concentrados han gritado «asesinos» a los veterinarios. Cinco personas se han tirado al suelo como señal de protesta y otros se han puesto a llorar como en los funerales gitanos. Unos lloraban y otros gritaban y la confusión ha sido tal que varios jóvenes se han caído. Uno de ellos ha resultado herido.

 

Cinco furgones de la Unidad de Intervención Policial se encontraban allí para evitar incidentes como el ocurrido unas horas antes, cuando un grupo de agentes cargó contra varios animalistas que se abalanzaron sobre una ambulancia. Una mujer tuvo que ser trasladada en otra ambulancia por unos dolores en el hombro.

 

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Rajoy coincide en Milán con los máximos dirigentes de Italia, Alemania y Francia: «Mis colegas me han dicho que las cosas se están haciendo muy bien».

 

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Jueves, 9 de octubre

 

El dedo acusador señaló a Ana Mato, ministra de Sanidad, en las horas posteriores a la hospitalización de Teresa Romero. Algo comprensible después de la rueda de prensa que ofreció la tarde del lunes. No está acostumbra a estas cosas: en agosto, cuando el Gobierno repatriaba a dos españoles contagiados, ella estaba en la playa. Mato resiste, sin dimitir, y los dirigentes políticos se intentan hacer con el control de la agenda informativa. Según la versión oficial, Teresa se tocó la cara mientras se quitaba el traje de protección. Esa habría sido la causa de que enfermara de ébola. Teresa cometió un descuido, Teresa mintió, dice el consejero de Sanidad madrileño.

 

Javier Rodríguez es el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Accedió al cargo en enero de 2014, tras la dimisión de Javier Fernández-Lasquetty, que fracasó en la privatización de los hospitales madrileños que le habían encargado. El predecesor de Fernández-Lasquetty es Juan José Güemes, que en octubre de 2013 fue imputado por los delitos de cohecho y prevaricación, en relación a la privatización de otro hospitales. Antes de Güemes fue consejero Manuel Lamela, también imputado.

 

Pues bien, Javier Rodríguez culpó ayer a Teresa Romero de la alarma que ha creado su contagio: la enferma no informó a su médico de que había tratado a un paciente de ébola ni dijo haber alcanzado los 38,6 grados de fiebre propios del ébola. Rodríguez desmintió que Teresa se enterara por la prensa de que se había contagiado y destacó que ella aseguró que había cumplido todos los protocolos para después admitir que se había tocado la cara. «No descarto que nos pudo haber estado mintiendo, pero esto lo añado yo de mi cosecha». Sin pruebas.

 

Hoy, entrevistado en la radio, Rodríguez ha reconocido que no estuvo afortunado al añadir de su cosecha que la paciente pudo haber mentido, aunque ha insistido en la misma idea. Las pruebas que tiene para acusar a Teresa de mentir es que «no ha dado toda la información que tenía». «Si dice desde el primer momento que ha tenido un contacto con la enfermedad, se hubiese actuado de otra manera». El consejero está más que tranquilo: «Yo tendré que asumir la responsabilidad y si tengo que dimitir, dimitiría. No tengo ningún apego al cargo, soy médico y tengo la vida resuelta». Los responsables médicos sólo han tardado tres días en desinfectar el vecindario de la enferma de ébola y el hospital de Alcorcón.

 

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La salud de Teresa Romero ha empeorado. Su vida está en «grave peligro», según el presidente de la Comunidad de Madrid. Algunos medios la han dado por muerta: algo habitual en este nuevo paisaje informativo. Un diario digital ha publicado una fotografía de la paciente en el hospital. Días atrás la vimos en las primeras páginas en pijama, despatarrada. El consejero que tiene la vida resuelta ya no quiere dimitir. «No les voy a dar la satisfacción de irme ni de dimitir. Lo haré cuando lo crea necesario o me cese (sic) mi presidente».

 

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Viernes, 10 de octubre

 

Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno: «Quiero informarles de la creación de un comité especial para la gestión en España de la enfermedad por el virus ébola. Dado el carácter transversal de la situación generada por el contagio de Teresa Romero y el importante número de actores institucionales, distintas administraciones públicas y científicos implicados en la gestión de la enfermedad por el virus del ébola, hemos adoptado la decisión de designar un comité científico que ayudará en las tareas a este comité especial. El comité especial para la gestión en España de la enfermedad por el virus del ébola estará presidido por mí, en calidad de vicepresidenta del Gobierno y ministra de la presidencia.»

 

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Una médico de Madrid: «La única información que podemos consultar, más allá del protocolo, es un vídeo sobre cómo se coloca y se retira el traje protector que ha colgado la Consejería de Sanidad.»

 

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Mariano Rajoy, presidente del Gobierno: «Lo que yo sí quiero decir es que, tanto la Comisión Europea, como la Organización Mundial de la Salud, dicen que es muy bajo el riesgo de que esta enfermedad se pueda propagar en el futuro. Creo que es bueno dar este mensaje a los españoles, que no es un mensaje que dé el Gobierno, sino que es un mensaje que nos transmiten la Organización Mundial de la Salud, la propia Comisión Europea y sus expertos.»

 

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Treinta facultativos del Servicio de Medicina Intensiva del hospital La Paz, del que depende el Carlos III, en una carta a la atención de la dirección médica: «Las instalaciones son claramente deficitarias, lo cual supone un peligro para la salud tanto de los trabajadores como del resto de la población. […] Nuestro deseo es colaborar en el tratamiento de estos pacientes, pero siempre desde la profesionalidad y responsabilidad clínica. […] Somos obligados a prestar atención clínica a estos enfermos, sin haber recibido la formación y entrenamiento apropiados, hecho denunciado en repetidas ocasiones.»

 

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Ana Mato: «Tiene (Teresa Romero) a su disposción todos los tratamientos. Sobre su estado le puedo decir lo que sabemos por los medios. […] Quienes tienen que dar el estado de la situación de la paciente son los médicos; no el Ministerio. […] Nosotros tenemos las noticias contrastadas por los partes médicos, pero no somos quienes tenemos que hacer una valoración de la situación de la paciente.»

 

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Carlos Boyero, en ‘El País’:

 

«Cuando le preguntan a Ana Mato por la política informativa que va a seguir su ministerio responde: ‘Me tengo que marchar'».

 

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Sábado, 11 de octubre

 

Debe de ser el bromista del grupo. Tiene 40 años, es vigilante de seguridad y ha pasado la noche en el calabozo. A F.J.G.G. le pareció que sería divertido llamar al Servicio Andaluz de Salud diciendo que era un militar recién regresado de Sierra Leona y presentaba los síntomas del virus del ébola. La Junta de Andalucía, el Gobierno central y el Ministerio de Defensa han activado todos los protocolos para descubrir que se trataba de una falsa alarma. F.J.G.G. ha quedado en libertad con cargos después de declarar ante el juez.

 

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El PSOE exigirá la dimisión de la ministra de Sanidad. Pedro Sánchez: «Rajoy es responsable de haber puesto y mantener a Mato como ministra de Sanidad. Es responsable de poner a una irresponsable al frente de la sanidad de todos los españoles y va a rendir cuentas en el Congreso por esa irresponsabilidad.»

 

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El PP denuncia un «intento de manipulación informativa». José Ignacio Echániz, secretario nacional de Sanidad y Asuntos Sociales del PP: «Hay personas o grupos interesados en causar alarma y daño en un momento muy importante de la vida sanitaria y social del país. Son hechos que nos parecen muy graves, que hay actitudes que son realmente miserables, que intentan crear una alarma ficticia con noticias falsas, que no vamos a consentir y que hay que perseguir.»

 

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Cientos de personas se han manifestado de forma simultánea en 24 ciudades de España contra el sacrificio de Excalibur, el perro de Teresa Romero. «Todos somos Excalibur, no más asesinatos», dicen los activistas del Partido Animalista PACMA. «Excalibur no ha muerto, lo han ejecutado» y «Ana mata perros».

 

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Las autoridades médicas que atienden a los enfermos de ébola en Sierra Leona, informa Ep, han comenzado a conceder permisos para que las familias atiendan a los contagiados en sus casas. «Esta política nacional de atender a los pacientes en casa es básicamente admitir la derrota», reconoce el director del equipo del Centro de Control y Prevención de Enfermedades en Sierra Leona.

 

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Decenas de personas se manifiestan frente a la sede del PP en Madrid, en protesta por la gestión del Gobierno tras el contagio de la primera española en territorio nacional. «No estamos todos, falta Teresa», dicen. La mayoría de ellos procedía de los asistentes a una concentración en la Puerta del Sol. «Todos con Teresa».

 

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Reuters ha distribuido una foto de Teresa Romero en su habitación, con una máscara de oxígeno, tomada desde la calle. A la paciente la habíamos visto en pijama, tumbada de cualquier manera. La habíamos visto como sale en Facebook; incluso en su habitación, filmada desde una cámara del hospital. Faltaba un primer plano como el de hoy. Casi todos los medios digitales han publicado la fotografía. ‘El Mundo’, ‘ABC’, ‘El País’, ‘La Razón’, ‘El Periódico de Cataluña’, ‘El Confidencial’…

 

En seguida se ha activado en Twitter el protocolo de ética (@hughes_hu) y algunos medios han dado marcha atrás.

 

David Alandete, director adjunto de ‘El País’, ha pedido disculpas: «Fue error y mal juicio darla y de ahí su borrado inmediato.» Enric Hernández, director de ‘El Periódico’, ha improvisado que la publicación de la foto se debía a un error más técnico que humano. «Miserias de la digitalización». Como si las imágenes de apertura se pusieran solas. Otros diarios como ‘ABC’, ‘El Mundo’ y ‘La Razón’ han mantenido la fotografía, que mañana en papel ocupará sus primeras páginas.

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