Nos fijamos hoy en la pobreza porque se extiende y parece que lo hace por clases sociales por las que nunca antes lo había hecho. Pero en España siempre ha habido pobres. El Estado del Bienestar, que llegó tarde, no contó con recursos suficientes para acabar con esta lacra. Aunque en esto nuestro país no es una excepción en el mundo, sino la regla.
Para contextualizar el crecimiento de la pobreza durante esta crisis, es interesante saber cuál era su dinámica en España antes de su estallido, en los buenos años, o en años mejores que estos últimos. Por ejemplo, tenemos que saber si era duradera, en qué proporción era crónica o transitoria y si quienes caían en la pobreza de manera temporal lo hacían periódicamente, de manera recurrente.
Para rellenar con números todas estas cuestiones, nos vamos a basar en un informe realizado por Olga Cantó, Carlos Gradín y Coral del Río, los tres de la Universidad de Vigo, para la Fundación Foessa. Estos expertos estudian lo sucedido entre 1994 y 2001, que es el último periodo con datos del Panel de Hogares de la Unión Europea (PHOGUE). A partir de entonces, se sustituyó por la Encuesta de Condiciones de Vida, que utilizaremos más adelante, sobre todo trabajada por el Consejo Económico y Social (CES) para ver cómo ha evolucionado la pobreza en los últimos años.
Una pobreza persistentemente en el entorno del 18-20% de la población
En el inicio de este informe comentan que si bien los estudios señalan que la tasa de pobreza en España está persistentemente en torno al 18-20% de la población desde principios de los noventa, un análisis dinámico permite descubrir que los que alguna vez estuvieron por debajo del umbral de pobreza son muchos más.
Porque la pobreza es dinámica. En españa, porque hay una movilidad importante en la parte baja de la distribución de la renta. En cambio, esa movilidad es muy reducida entre las personas ubicadas en su parte alta, es decir, entre las de más elevados ingresos: “Esto sería consecuencia de la segmentación el mercado laboral, con importante presencia de trabajadores con salarios bajos y alta temporalidad en sus contratos, lo que implica una importante inestabilidad en las rentas familiares de los hogares situados en los primeros deciles de ingreso, frente a la acumulación de ventajas de los hogares situados en la parte alta de la distribución de rentas”.
Pobreza crónica en el mundo desarrollado: entre el 2% y el 10% de la población
Por poner unos pocos primeros números, si tenemos en cuenta que internacionalmente se considera que el umbral de pobreza se encuentra en el 60% de la renta mediana equivalente, en los países desarrollados, la pobreza más crónica, aquélla que se sufre durante cinco o más años, está conformada por entre el 2% y el 10% de la población. Pero es que, dependiendo también de los países, entre un 25% y un 40% de la población experimenta algún episodio de pobreza dentro de un periodo de cinco años. En otras palabras: al menos una de cada cuatro personas sufre la pobreza alguna vez en su vida.
Casi la mitad de la población española, afectada por la pobreza en alguna ocasión
España, pese a tener una tasa de pobreza crónica intermedia, tiene una pobreza transitoria elevada, más alta, pues, de la que hablábamos en el párrafo anterior. Y es que en España, el 44% de la población experimentó algún año de pobreza a lo largo del periodo de análisis, entre 1994 y 2001. Al menos un año de pobreza sufrió el 13,4% de la población, mientras que un 2,7% se mantuvo los siete años en esta situación, igual que en Francia, pero por debajo de países como Portugal, con un 5,6%, y por encima de Francia, con un 2,7%.
Pobreza crónica del 6,1% en España
Si hablamos del colectivo formado por quienes fueron pobres alguna vez, el 30,5% de ellos lo fueron durante un año; el 20,2%, durante dos años; el 12,7%, durante cuatro años; y el 6,1%, durante los siete años.
El 6,1% de las personas que sufren la pobreza en España, lo hace de manera crónica. O lo que es lo mismo: el 2,7% de la población.
Hay otro indicador más estricto para medir la pobreza persistente, que es aquél que la considera tal si se ha permanecido en ese estado no ya el 100% del tiempo considerado, sino el 75%. En ese caso, el porcentaje de pobres crónicos alcanza el 31,5% del total o, lo que es lo mismo, el 13,8% de la población en su conjunto.
Y si se estudian sólo cuatro años y se considera pobreza crónica estar en esa situación durante el 75% del tiempo, la pobreza crónica sube en España hasta el 40,2% de los pobres y hasta el 17,7% del total de la población.
Este baile de cifras sugiere que la medición de la pobreza y la apariencia de su realidad depende del horizonte temporal que consideremos, así como de la exigencia a la hora de considerar la cronicidad de una situación.
El 42% de los pobres «discontinuos» lo es recurrentemente
Podemos distinguir entre la pobreza crónica y la transitoria. Y, dentro de esta segunda, entre la recurrente y la no recurrente. En España, la pobreza transitoria no está conformada sólo por individuos que experimentan un corto episodio de pobreza de un solo año, sino que se compone en una proporción muy importante de individuos que experimentan pobreza de tipo recurrente, con una secuencia de varias entradas y salidas durante el periodo de observación. Así, la pobreza transitoria es, en casi un 42%, de carácter recurrente. Esta recurrencia es más alta que en cualquier otro país de entre los analizados.
Pobreza severa crónica: un 0,2% de la población
Decíamos antes que la incidencia de la pobreza que concluyan los estudios depende en gran medida de aspectos metodológicos. Y uno de los que no hemos mencionado, o lo hemos hecho sólo de pasada, es que se considera que un hogar es pobre si sus ingresos no llegan al 60% de la mediana de la renta familiar. Pobreza severa se considera si ese porcentaje no llega al 40%.
En España, la pobreza severa crónica era del 1% de los pobres y del 0,2% de la población entre 1994 y 2001. El índice de pobreza severa persistente, es decir, el porcentaje de pobres que lo fue durante el 75% del periodo considerado, alcanzó el 13,1%, lo que supone un 3,1% de la población en su conjunto.
No son indicadores muy alarmantes. Sí lo son, en cambio, los que miden la pobreza transitoria: la recurrente, alcanzo al 31% de los pobres y la no recurrente, es decir, quienes sufrieron pobreza extrema en un momento puntual, el 68%. Sobre la población en su conjunto, hablamos de un 7,3% y de un 16,1%, respectivamente.
Evolución reciente de la pobreza y las “trampas contables”
Dicen los expertos a los que estamos siguiendo que la transitoriedad de la pobreza en España está fuertemente relacionada con la situación de los miembros adultos del hogar en el mercado de trabajo. La pobreza de corto plazo en España se concentra en hogares cuyos sustentadores principales están en edad de trabajar. Los individuos en hogares en edad de trabajar tienen una mayor probabilidad de experimentar algún episodio de pobreza. Y más de que ésta sea extrema: estos individuos pobres conviven en hogares cuya renta fluctúa hasta niveles muy bajos.
Una tasa de paro tan elevada y tan persistente. Un desempleo de larga duración tan importante y con cada vez menos cobertura pública. Unos nuevos puestos de trabajo de tan poca calidad. La combinación de todos estos factores hacen pensar que la pobreza que antes era temporal tenderá a cronificarse. Aunque, antes de abundar en ese aspecto, veamos esta tabla de la última Encuesta de Condiciones de Vida:
De acuerdo con ella, la población en riesgo de pobreza se habría reducido entre 2013 y 2012. Pero también hay que tener en cuenta esta otra información:
El umbral de riesgo de pobreza se ha reducido porque también lo han hecho los ingresos medios por hogar:
Y es que, como hemos visto, el umbral de la pobreza se calcula sobre la renta media.
En el siguiente gráfico, elaborado por el Consejo Económico y Social y publicado en su última memoria, la de 2013, podemos ver la evolución de la pobreza por niveles de ingresos, todos ellos inferiores al 60% de la renta mediana. Vemos que sobre todo está aumentando la pobreza más severa, es decir, la de aquéllos que no llegan al 40% de la mediana de la renta:
El CES interpreta de este gráfico que se está produciendo una cronificación de la pobreza en los sectores con niveles de ingresos más bajos. “En el actual contexto, la población que ha entrado en una situación de pobreza queda atrapada en ella y cayendo en situaciones de renta cada vez más bajas. Esta situación parece confirmarse igualmente al analizar el tiempo que se permanece en la pobreza, donde se observa que ha aumentado para todos los grados de pobreza monetaria”. Aquí lo vemos:
Un 63,3% de desempleados en riesgo de pobreza, casi un 15% de los empleados
Destaca el informe que el riesgo de pobreza entre los desempleados ha pasado del 45,8% hasta el 63,3% en 2012. Y teniendo en cuenta que en el último de esos años, creció cinco puntos porcentuales, es de suponer que el año 2013 haya terminado en un nivel que puede rondar el 65%. O incluso situarse por encima. Pero es que también se ha incrementado el riesgo de pobreza entre la población empleada. Afecta a casi el 15% de los trabajadores, casi tres puntos porcentuales más que en 2007.
Además de la persistencia del paro, de la generalización de una nueva clase social, la de los trabajadores pobres, otro fenómeno que promete cronificar la pobreza es la situación de los niños en todo tipo de hogares, como vemos aquí:
Un niño pobre tiene muchas más probabilidades de convertirse en un adulto pobre.