De tanto segar en las trincheras de la opinión, se nos ha hundido la y por
palabra mucho que soplemos fuuu, fuuu, fuuu no será fácil que suba. Deja de leer. Prueba. Acerca los labios a la pantalla. En forma de o. Boca de muxo. Sopla. Y resopla, pues escribe Camba que ambos verbos son los más comunes para obtener la inspiración. Más fuerte. ¿Nada, no? El campo está arrasado. El martes, desde el autobús hacia Zamora, vi varios similares. En otros, legiones de girasoles cabizbajos, exhaustos, aguardaban la guadaña de su sanmartín. De siempre se opinó: con el codo en la barra o alrededor de la lumbre, pero sin ecos amplificadores de la prisa y la previsibilidad. No se espera a la hora del chato ni al café vespertino. Aquí te pillo aquí te opino a expensas del 3G. Que se sepa que se opina rápido, con saña, hoz y chivos expiatorios. ¡Y ay del que disienta! Te presto las últimas palabras –me quedan trece– para que opines abajo. _____________________ ________ _______________ _____________