Edward Kennedy falleció en noviembre de 1963 por un accidente de coche. Pasó los últimos días de su vida amargado. Su hija recuerda que lo podía escuchar por las noches hablando para sí mismo en la cocina, con una botella siempre a mano. Edward Kennedy fue un prometedor periodista caído en desgracia por dar la noticia más importante de su vida.
7 de mayo de 1945. Kennedy, un joven periodista de la agencia estadounidense Associated Press, es trasladado junto a otros 16 periodistas a Reims, en Francia. En una pequeña escuela que sirve de cuartel general al general Dwight D. Eisenhower, dos altos mandos del Ejército nazi firman la rendición. Casi seis años después acababa la Segunda Guerra Mundial, un sanguinario conflicto en el que murieron entre 50 y 70 millones de personas.
Sin embargo, la censura militar obligó a los periodistas a esperar 36 horas antes de difundir la noticia. Stalin quería que todo fuera público en una ceremonia oficial celebrada al día siguiente en Berlín. Hoy, hasta la operación militar más secreta y sofisticada se tuitea. Entonces era la radio el medio que no esperaba a nadie.
Una emisora alemana informó del armisticio y Edward Kennedy decidió saltarse la prohibición. Fue mucho más fácil de lo que parecía. Utilizando una línea militar, llamó a la redacción y comenzó a dictar: «Alemania se ha rendido incondicionalmente al Ejército Aliado y a la Unión Soviética esta madrugada a las 2.41, hora de Francia. La rendición tuvo lugar en una pequeña escuela que sirve de cuartel general al general Dwight D. Eisenhower…»
Reims, France, May 7 —- Germany surrendered unconditionally to the Western Allies and the Soviet Union at 2:41 A. M. French time today. [This was at 8:41 P.M., Eastern Wartime Sunday.]
The surrender took place at a little red school house that is the headquarters of Gen. Dwight D. Eisenhower.
The surrender, which brought the war in Europe to a formal end after five years, eight months and six days of bloodshed and destruction, was signed for Germany by Col. Gen. Gustav Jodl. General Jodl is the new Chief of Staff of the German Army.
The surrender was signed for the Supreme Allied Command by Lieut. Gen. Walter Bedell Smith, Chief of Staff for General Eisenhower.
It was also signed by Gen. Ivan Susloparoff for the Soviet Union and by Gen. Francois Sevez for France. [The official Allied announcement will be made at 9 o’clock Tuesday morning when President Truman will broadcast a statement and Prime Minster Churchill will issue a V-E Day proclamation, Gen. Charles de Gaulle also will address the French at the same time.]
General Eisenhower was not present at the signing, but immediately afterward General Jodl and his fellow delegate, Gen. Admiral Hans Georg Friedeburg, were received by the Supreme Commander.
Germans Say They Understand Terms They were asked sternly if they understand the surrender terms imposed upon Germany and if they would be carried out by Germany.
They answered Yes.
Germany, which began the war with a ruthless attack upon Poland, followed by successive aggressions and brutality in internment camps, surrendered with an appeal to the victors for mercy toward the German people and armed forces.
After having signed the full surrender, General Jodl said he wanted to speak and received leave to do so. “With this signature,” he said in soft-spoken German, “the German people and armed forces are for better or worse delivered into the victors’ hands.
«In this war, which has lasted more than five years, both have achieved and suffered more than five years, both have achieved and suffered more than perhaps and other people in the world.”
‘The New York Times’ llevó la noticia a su primera página. Un titular en mayúsculas y a cuatro líneas celebró el fin de las hostilidades: «THE WAR IN EUROPE IS ENDED! SURRENDER IS UNCONDITIONAL; V-E WILL BE PROCLAIMED TODAY; OUR TROOPS ON OKINAWA AGAIN». Días después el diario acusaba a Kennedy en un editorial de «haber hecho un flaco favor a la profesión». AP se había hecho eco de una exclusiva que tenían otros 16 periodistas que sí se atuvieron a las normas.
[Pincha aquí para ver la portada a gran resolución] Firmar en la primera página del periódico más prestigioso del mundo le costó a Kennedy el despido. AP le dio la espalda y desde entonces Kennedy solo pudo trabajar en periódicos menores. Siempre sostuvo que hizo lo correcto. Que lo volvería a hacer. La guerra había terminado y todo el mundo tenía derecho a saberlo. Estaba convencido de que la prohibición fue una decisión política, no militar. «Durante cinco años habéis justificado que la única razón de la censura era salvar vidas. La guerra ha terminado. Yo mismo he asistido a la rendición ¿Por qué no debe saberse?», argumentó.
Julia Kennedy ha intentado publicar las memorias de su padre durante los últimos años y lo ha conseguido gracias al respaldo de AP. Después de 67 años la agencia ha pedido disculpas por aquel suceso. «Fue un día terrible para AP y el episodio se manejó de la peor manera», ha reconocido el presidente y director ejecutivo de la agencia, Tom Curley. Una disculpa que hubiera significado mucho para el periodista, ha declarado su hija. Edward Kennedy conservó toda su vida la primera plana de ‘The New York Times’.