me gusta vivir lejos del centro, lejos de las luces y los ruidos, más sombras y formas
antes, cuando vivía allí, al sur y al oeste, tenía que tener cuidado con no atropellar conejos al volver a casa con el coche, iba atento a los cruces
(veía muchos destrozados, de día)
ahora, aquí, al este y al norte, tengo que tener cuidado con no pisar caracoles al volver a casa por la noche, enormes y pequeñitos
pero veo a uno caminar con el móvil en las manos y la vista pegada y sé que pisará alguno, y luego a otra con el teléfono muy iluminado…
(veo muchos muertos, aplastados, rotos)
ojalá un cartel en polaco junto al semáforo:
uwaga ślimaki!
aunque no se pueda hacer mucho
solo luchar y reivindicar las antenas de los caracoles y las carreras de los conejos a las afueras
sí cruza, está de camino