Newyópolis   el blog de Ulises Gonzales

Smooth Talk, la película de 1985 dirigida por la norteamericana Joyce Chopra, es una representación del despertar de la sexualidad. Connie, quinceañera en un pueblo de los Estados Unidos, recorre los lugares donde cree que encontrará alguna pista sobre la fuerza irresistible del sexo. Connie busca una respuesta en los hombres que aceptan recogerla en la carretera, en los muchachos que caminan por el único mall de la ciudad, en los susurros de quienes la cortejan.

Laura Dern es Connie. Ese personaje, creado por Joyce Carol Oates para el relato breve en el que se basa la película, encarna ese momento de la adolescencia. Connie nos enseña lo que importa: el miedo a explorar, la búsqueda, los riesgos que todos afrontamos en algún momento para responder la pregunta: ¿quiénes somos?¿de qué somos capaces?

En el filme también está la familia que vigila y que cree protegerla, los muchachos obsesionados y perdidos como las muchachas, los personajes que se arriesgan y los que no: como la hermana de Connie, disciplinada y obediente.

El guión, escrito por Tom Cole, combina lo explícito y lo ambiguo. Está lo que hay que decir y lo que nunca sabemos cómo expresar. Chopra ha intentado capturar el dolor y la gloria del aprendizaje.

El origen del filme se entiende mejor después de leer el libro Lady Director, la biografía de Chopra en la que no se guarda nada. Ella narra el intento de violación en la infancia, describe trauma de un embarazo no deseado y el aborto, su pasión por el cine francés y el cine documental. También las glorias y los fracasos en el sexo y en los negocios, los efectos liberadores de la terapia.

En esas páginas también está narrada la experiencia (complicada, muchas veces violenta y negativa) de trabajar en una industria dominada por ciertos hombres. Las penas y las glorias de la maternidad, del femenismo y de la política.