
Te levantas un domingo, justo después de la resaca del 8 de marzo, y mientras desayunas un café calentito, envuelto con la prensa dominical, te encuentras un artículo titulado: A qué suena el Pop Rock español. Mientras lo lees te viene a la cabeza un anuncio de compresas. Empiezas a ver nubes y globos color rosa chicle flotando por el universo. La pregunta es evidente: ¿estaré ovulando? Las mujeres nos alteramos mucho cuando ovulamos. Espantas tus pensamientos y sigues con el artículo. Habla de un trabajo de investigación publicado en la Revista española de Investigación sociológica. La iniciativa partió de Fernán del Val, Javier Noya y C. Martín Pérez-Colma, sociólogos de la UNED y la Complutense. “El objetivo era averiguar qué variables sociales y culturales han producido la jerarquía de los gustos que representa un canon estético”. El título de su trabajo es: ¿Autonomía, sumisión o hibridación sonora? La construcción del canon estético del pop-rock español. Bueno, muy complejo para desayunar, pero hay domingos complejos. ¡Qué le vamos a hacer!
Básicamente, el trabajo de investigación ha consistido en hacer una lista con los 50 artistas más interesantes del panorama musical español. En el artículo en seguida se dan cuenta de que hay un claro predominio de la música de la movida. Por otro lado, constatan la ausencia de la rumba, de los baladistas, del punk rock, pocos artistas extranjeros afincados en España y una ausencia total del heavy. La ausencia del heavy la achacan, sin mucha tajancia, a un prejuicio clasista. Totalmente entregada a la lectura de tan interesante reflexión, me meto un trozo de magdalena en la boca. Sí, hoy solo tenía magdalenas para desayunar. No hice la compra y eso le afecta mucho a mi nevera.
Se han ido las nubes y ya no me acuerdo de ningún anuncio de compresas. Yo, que soy muy de ir a la fuente a confirmar datos, me pongo a mirar la lista, primero lo hice de arriba abajo, después de abajo arriba. Sí, lo mire en los dos sentidos, y, en ambos se da la circunstancia de que solo hay dos mujeres, bueno, tres: Vainica Doble, que era un dúo, y Alaska. Eso sí, están entre los 10 primeros. No hay ninguna más entre los 40 restantes miembros de tan ilustre listado. Se dice pronto. Empecé a sentir sudores profundos y pensé «¡dios! la menopausia». Ya saben las mujeres no existimos, estamos aducidas por nuestro ciclo menstrual. Sí, en esta lista no hay ni rastro de Dover, Rosana, Najwa Nimri, Rusian Red, Niña Pastori, Cecilia, Jeanette, Mari Trini, Rosario Flores, Luz Casal, Malú, Mónica Naranjo, Ella baila sola, Amaral, Presuntos Implicados… La ausencia de mujeres pasa inadvertida en el trabajo de investigación y en el artículo, que habla sobre el trabajo de investigación. Nadie tiene la necesidad de explicar las razones. Nadie necesita dar a las mujeres un lugar en la historia de nuestra música.
Sí, yo soy la pesada de turno que se da cuenta de estos ultrajes y además tengo la mala educación de denunciarlo. Afortunadamente, me siento con una gran autoridad moral. Un tercio de las mujeres europeas sufrimos violencia de género, según los datos de una encuesta reciente, realizada desde Bruselas. O me encuentro con otro artículo que sustenta este clarificador discurso: Las imágenes de la gala de los Oscar han dado la vuelta al mundo. El ‘selfie’ de Ellen de Generes, la nueva caída de Jennifer Lawrence, el premio para Lupita Nyong’o… muchas de estas fotografías enseñan a mujeres importantes y poderosas de Hollywood. La cara visible de una industria que oculta una realidad mucho menos optimista y divertida. Las Academias de Cine siguen ignorando a las mujeres.
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Javier Zurro, El Confidencial.
Sí, violencia de género… Esto también es violencia de género realizada con impunidad, nocturnidad y alevosía. Y me viene otro anuncio, brillante anuncio, a la cabeza. «Soberano, es cosa de hombres». Pero no me voy a poner a llorar, no voy a derramar ni una solo lágrima, no soy prisionera de mi ciclo menstrual.
Les dejo el enlace con la lista de los 50 artistas del Pop Rock español.
Sí, lo sé, muchos deberes. Feliz primavera.