Las supercuerdas tocan su violín
que desgrana notas
a las que llaman partículas
y con ellas componen
las turbadoras sinfonías
de la piedra,
del árbol,
del mar,
del río,
y la sinfonía del hombre y de la mujer
que escuchan.
En estos tiempos de bosones de Higgs y de cosas tan abstractas y difícles de entender, viene aquí la teoría de las supercuerdas, otro gran ejemplo de teoría dificilísima a la que nos da pereza entrar de lleno a aquellos que hemos tenido que estudiar más Física de la que nos pedía el cuerpo. También entran aquí los quarks, cuyo nombre quarks enlaza muy bien con el espíritu del blog porque proviene de un poema de Joyce. Pues cuando es todo tan difícl y se le escapa a uno un poco, puede ayudar otra forma de aproximación a la verdad: la poesía. Porque si no puede quedar una pequeña sensación de estafa muy al fondo, como con la nueva cocina