I. INTRODUCCIÓN
«El Corredor del Jaguarcillo», taller de 20 horas en varias jornadas con niños y adultos en el barrio Las Acacias de la localidad Ciudad Bolivar de Bogotá. Se celebró en octubre y noviembre de 2017.
Fue ideado y realizado por Lunárquicos (colectivo dirigido por Fabiola Uribe) & Osa Menor (Jorge Raedó), a petición de la Fundación Casa de la Infancia – Fundación Bernard van Leer para su programa «Urban95 – Crezco con mi barrio».
En 2016 Osa Menor & Lunárquicos realizaron el taller «XS» para “Urban95”. Los dos talleres, el de 2016 y el de 2017, fueron oportunidades de aprendizaje a través del arte para los niños y jóvenes involucrados.
El objetivo de «El Corredor del Jaguarcillo» era tomar el pulso a los ciudadanos, niños y adultos, sobre la percepción que tienen de los problemas de la infancia de 0 a 3 años, madres gestantes y lactantes en el espacio público en su barrio.
La Fundación Bernard van Leer tiene en marcha el programa “Urban95” en varias ciudades del mundo. Ahora están en la fase de recogida de datos y experimentación de estrategias prácticas que mejoren la habitabilidad del espacio público para los pequeños de 0-3 años y sus cuidadores. La experiencia destilada servirá para aconsejar mejoras en las políticas públicas de Primera Infancia de las ciudades y países.
La Fundación Casa de la Infancia dirige en Bogotá el programa “Urban95”, al que subtítuló “Crezco con mi barrio”. Varios organismos de la Alcaldía están implicados junto a organizaciones y profesionales locales. Nuestro taller “El Corredor del Jaguarcillo” fue parte de ello.
II. BOGOTÁ
Bogotá es una urbe que en seis décadas pasó de un millón y medio a nueve millones de habitantes. Las cifras actuales varían según las fuentes: de ocho a casi once millones según las áreas contabilizadas. Tampoco se sabe con exactitud cuánta gente vive en algunas de sus localidades, como en Ciudad Bolivar (¿un millón?).
La ciudad no deja de crecer con población principalmente colombiana que emigra a la capital por varios motivos. Uno de ellos es en busca de servicios como escuelas, hospitales… que no encuentra en sus lugares de origen. Otro motivo es la violencia y sus procesos de apaciguamiento que aún viven zonas del país. En los últimos meses ha llegado gran número de venezolanos que huyen de la crisis social y económica de su país.
Los recién llegados suelen asentarse en los barrios informales que crecen sin planificación, por invasión y auto-construcción, generando barrios espontáneos sin servicios públicos en sus inicios. Con los años, la Alcaldía los equipa con alcantarillado, transporte público, colegios… y los «legaliza». Es un proceso común de las grandes urbes de América del Sur.
Los habitantes de estos nuevos barrios, casi siempre familias que quieren lo mejor para sus hijos, se organizan para solventar las dificultades diarias: la precariedad laboral, las luchas entre organizaciones ilegales por el control territorial (acaban siendo los «agentes reguladores» del barrio) que genera inseguridad vital para sus habitantes, entornos a menudo poco salubres…
La Alcaldía de Bogotá se enfrenta a un problema monumental: ¿cómo atender a millones de ciudadanos que llegan y ocupan laderas y campos expandiendo la ciudad más rápidamente que la capacidad de reacción de la Alcaldía?
A ello se suma un problema básico en Colombia: la dificultad del Estado y las ciudades para recoger impuestos (hay casi 70% de economía informal en el país, un 50% en las grandes ciudades) que impide al gobierno redistribuir la riqueza (para asegurar igualdad de oportunidades a todos a los ciudadanos y permitir así el crecimiento económico del país) a través de los servicios públicos: educación, sanidad, justicia… y espacios públicos de calidad.
Bogotá es una ciudad difícil para el peatón. En general, la movilidad es complicada para todos. Los peatones caminan en entornos pensados para el carro, con andenes poco mantenidos y escasos espacios públicos adecuados para estar y disfrutar. La circulación de los coches suelen provocar atascos enormes (en Colombia los llaman «trancones»). Las bicis tienen un buen trazado para ellas, pero bastantes conductores de coches y motos no respetan las normas de circulación y las ponen en peligro. El transporte público es escaso, a pesar del notable trabajo que hace el servicio público de autobuses. Bogotá no tiene metro, aunque lleva casi setenta años haciendo estudios para construirlo (subterráneo, elevado, la mezcla de los dos…) y ha sido el proyecto bandera de varias alcaldías; las noticias recientes dicen que se inaugurará en 2024. La atmósfera suele estar contaminada de humo y ruido. Los hermosos cerros orientales que custodian la ciudad y las frecuentes lluvias alivian a los ciudadanos recordándoles la inmensa naturaleza que es Colombia.
En este contexto urbano… ¿los niños bogotanos de 0 a 3 años tienen espacios públicos de calidad donde estar tranquilos? ¿los trayectos diarios que hacen con sus cuidadores son seguros? ¿la ciudad se adapta como un guante a las necesidades de la Primera Infancia?
Pocas áreas públicas están adecuadas para estos pequeños ciudadanos frágiles y esperanzados. Los niños son esponjas de percepción del entorno construido; corroboran las vicisitudes urbanas de seguridad, salud y participación que señalan los adultos.
Además, perciben y denuncian, con más fuerza que los adultos, el desequilibrio entre las necesidades y las formas que deberían satisfacerlas, la «fealdad» estética como síntoma de la desarmonía social. Ellos ven con claridad qué partes de su barrio son “bonitas” y cuáles son “feas”, y por tanto mejorables.
La verdadera belleza de Bogotá es la esperanza de la infancia en ella.
A continuación comparto gráficos sobre Bogotá, extraídos de la tesis de maestría del economista Juan Diego Saldaña Arias, sobre los barrios informales. Para quien no haya estado en los barrios informales es difícil entender su idiosincrasia y coyuntura. La educación de la infancia y juventud en estos barrios está impregnada hasta el tuétano por la conflictiva realidad diaria.
Distribución espacial de la estratificación socioeconómica en Bogotá. Fuente: Unidad Administrativa Especial de Catastro Digital. 2014 (1).
En Colombia dividen los grupos sociales según sus rentas económicas y los llaman «estratos», siendo el estrato 1 el de menor renta y el 6 el de mayor renta. Las ciudades están divididas territorialmente por estratos.
Localización de los asentamientos humanos informales en Bogotá, 2014. Fuente: Elaboración de Juan Diego Saldaña Arias con base en datos de la Dirección de Legalización y Mejoramiento Integral de Barrios, SDP. 2014. (2)
Líneas de transporte masivo y localización de asentamientos urbanos informales en Bogotá. Fuente: Elaboración de Juan Diego Saldaña Arias con base en información de la SDP 2015. (3)
El Transmilenio es la columna vertebral del transporte público de Bogotá. Todas las líneas de autobuses empiezan y acaban en los «portales». Los trayectos del trasmilenio se complementan con sub-trayectos de los llamados buses «alimentadores» que cubren otras zonas de la ciudad.
El punto verde señala Las Acacias, lugar de intervención del taller «El Corredor del Jaguarcillo». La ciudad es tan grande con movilidad tan dificultosa que muchos niños sólo conocen su barrio y los barrios vecinos.
Secuencia de imágenes satelitales sobre expansión urbana informal reciente en Bogotá, 2000 – 2015. Sector El Paraíso – Bella Flor (Ciudad Bolívar). Fuente: Elaboración de Juan Diego Saldaña Arias con base en imágenes de Google Earth (2000 – 2010 – 2015). (6)
Aunque no es el séctor de Ciudad Bolívar donde hicimos el taller «El Corredor del Jaguarcillo», vemos la rapidez de expansión de los barrios informales.
Estructura por sexo y edades de la población en barrios informales en Bogotá. Fuente: Encuesta sociodemográfica DMB CVP 2013. (4)
Composición de estrato socioeconómico en barrios de origen informal. Fuente: Encuesta sociodemográfica DMB CVP 2013 (5)
III. “EL CORREDOR DEL JAGUARCILLO” de Lunárquicos & Osa Menor, Bogotá 2017 (capítulo redactado por Jorge Raedó y Fabiola Uribe)
1.Antecedente
El encargo fue 6 talleres con grupos focales para verificar la “línea de base” que previamente había llevado a cabo la Fundación Casa de la Infancia – Bernard van Leer Foundation con los niños, cuidadores, profesores, madres gestantes, madres lactantes y en general con personas implicadas en su bienestar y desarrollo.
El territorio de estudio es el conformado por los barrios Las Acacias, San Luis y Las Pilonas de Ciudad Bolívar, Bogotá. La Casa de La Infancia plantea un proyecto piloto para caracterizar, reconocer y posteriormente intervenir desde lo social y lo físico-espacial sobre el lugar, y que servirá de referente para el mejoramiento de las políticas públicas que potencien un entorno seguro, saludable y participativo para la Primera Infancia.
2.El enfoque: El Corredor de Jaguarcillo.
Partiendo de un concepto de la ecología, los corredores naturales, usamos esta metáfora para explicar que al igual que se crearon corredores ecológicos para la protección de valiosas especies como el jaguar, la Primera Infancia necesita corredores biológico-culturales seguros en su quehacer cotidiano.
Hasta los años 40 del siglo XX los jaguares habían contado históricamente con rutas naturales a lo largo de Sudamérica que les permitía recorrer libremente el territorio y disfrutar de los hábitats adecuados para su crecimiento sano. Pero a partir de la mitad de siglo XX, la geografía cambió producto de la deforestación y destrucción de los medios naturales para dar paso a la «modernización». Así, esta especie única de Sudamérica fue quedando relegada a pequeños lugares y sus rutas desarticuladas dejando en estado de vulnerabilidad la especie en general.
Al igual que los jaguares, los niños, en particular los más vulnerables de 0 a 5, requieren un “hábitat” adecuado que les garantice las condiciones óptimas para su desarrollo físico, afectivo e intelectual. Cuando se rompe este “ecosistema”, ellos pierden el derecho a tener una infancia sana y feliz.
3. Objetivo General
Esta propuesta brinda herramientas para la identificación, concientización y valoración del territorio (ecosistema) que necesita la Primera Infancia para recuperar su protagonismo dentro del espacio público y la vida en comunidad.
A su vez se quiere sensibilizar a la comunidad sobre cómo las dinámicas urbanas, sociales y espaciales inciden en la desarticulación del entorno de los niños más pequeños e invitarlos a participar en un proceso para adecuar “el corredor del jaguar” de forma efectiva.
4. Población objetivo
Los talleres fueron desarrollados con cuatro grupos focales: adulto mayor (edades de pensionista), madres gestantes o cuidadoras, niños de 6 a 8 años y adolescentes entre 13 a 15 años. Estos dos últimos grupos del Colegio Las Acacias, quienes vivían o recorrían el territorio y tenían una cercanía con la Primera Infancia, ya fuera en calidad de hermanos, tíos o primos. Los grupos fueron detectados por las personas de enlace con la comunidad (comunicadora social y pedagoga).
Barrio Las Acacias de la localidad Ciudad Bolivar de Bogotá. Los círculos amarillos unidos por la línea de rayas rojas indica las pilonas y recorrido del nuevo Transmicable que se inaugurará pronto. Las pilonas se apoyan en el barrio, pero las paradas del nuevo transporte público están en otros barrios.
5. Desarrollo de actividades en el taller
Actividad 1 – Infografia Corporal
Propósito: identificar a partir del movimiento corporal la experiencia vivencial que han tenido los grupos en el barrio. Se usa el método corporal para tener una respuesta “somatizada” y visual de ellos dentro de un contexto comunitario. Las preguntas tenían tres líneas: identificar los orígenes y permanencia en el barrio de cada grupo, conocer cuál es su imagen del barrio como entorno propicio para la primera infancia, y por ultimo identificar el sentido de compromiso frente a la transformación de su entorno.
Frames de la secuencia de vídeo de la «infografía corporal» donde adultos del barrio responden a la preguntas que les hacíamos colocándose a un lado u otro del espacio marcado con cinta.
Momento de la «infografía corporal» con alumnos de Primaria del Colegio Las Acacias.
Resultados:
Se identificaron grandes diferencias en la forma de vivir y entender el barrio según la edad. Las repuestas corporales dieron muchas respuestas, destacamos algunas:
– Familia y relación afectiva con el entorno. En los grupos de adulto mayor, aproximadamente un 80%, no había nacido en Bogotá y habían llegado en promedio hace 35 años a la ciudad. Su relación con el barrio es satisfactoria en primera instancia, queriendo permanecer en él (aprox 90%), pero casi con la misma proporción reconocen que debe tener grandes cambios relacionados con el espacio público y servicios para niños y madres gestantes (aprox, 97%). Frente al espacio público muestran preocupación por los escasez es zonas verdes y de juego para los niños. Sin embargo en medio del taller, y contrario a las reglas del juego, ellos querían expresar la necesidad de equipamientos de atención y culturales, problema de delincuencia y consumo de drogas. Sobre los servicios básicos, todos decían tenerlos cubiertos, sin embargo sólo consideraban servicios públicos los domiciliarios, sin contemplar temas como educación, recreación, salud, etc.
– Sobre los resultados del ejercicio con niños de 3ª grado del colegio del barrio solo un 25% tenía ambos padres bogotanos, los demás venían principalmente de ciudades intermedias, y el 85% de sus hijos habían nacido en Bogotá (45% nacidos en el barrio). Por su parte, los niños de 8ª grado cuyas edades estaban entre los 12 y 15 años, el aprox 45% no vivían ni habían nacido en el barrio, pero estudiaban allí o habían sido usuarios del centro de infancia.
– Espacios públicos. Los grupos de escolares consideran restringida su posibilidad de acceder cómodamente a los parques en particular por su mal estado y la apropiación de pandillas. Así el 60% aprox de los niños de 3º grado afirman que hay “ningún” o ”muy pocos” parques en el barrio (para ellos los actuales espacios públicos “canchas”), y un 85% dice que los que hay no están nada adecuados. Los de 8º grado consideraban en un 95% que el barrio carecía de espacios públicos suficientes y poco adecuados para el uso de la Primera Infancia (70%) y los otros 30% se repartían equitativamente entre “muchísimo“, “muy” y “nada”.
– Seguridad. Salir a la calle solos es poco posible para ellos. Entre los pequeños solo un 13% podía salir a la calle solo, un 40% con un hermano mayor, y los otros no podían sin la compañía de un adulto. Por su lado, un 55% de los chicos de 8ª afirmaba que no podía salir de sus casas después de las 6 de la tarde, aumentando el porcentaje, hasta una hora promedio de las 10, en que ninguno estaba en la calle.
Actividad 2 – La ruta del jaguar
Propósito: Sobre un mapa del territorio, se quería identificar cuatro aspectos. 1/ La relación lugar de residencia y recorrido frecuente para ir al colegio (o recoger/dejar a los niños en el caso de los adultos). 2/ Ubicar los lugares que identifican en el barrio como hitos y espacios públicos. 3/ Señalar los lugares considerados de interés para los niños de 0 a 5 años. 4/ Los lugares que consideran inseguros peatonalmente e inseguros como posibilidad de robo o pandillas.
La idea inicial era realizar un recorrido previo con todos y mapear en el camino, sin embargo por temas de seguridad y permisos sólo se hizo con los de 8º. Los otros se hicieron en el taller. Por tanto, la precisión de las localizaciones podría variar pues muchos de ellos tenían dificultades para orientarse.
Alumnos del Colegio Las Acacias analizan el plano de su barrio reconociendo lugares y rutas.
Recorrido por el barrio guiados por los alumnos de 8º del Colegio Las Acacias.
La cancha de fútbol, único espacio público amplio del barrio y conocido como «el parque», es la mayor fuente de temor e inseguridad por la presencia pandillas y venta de droga. Los vecinos no suelen acercarse para no correr peligro.
Resultados:
Los recorridos diarios marcados por los niños, los jóvenes y los adultos mayores.
Recorridos comunes a todos los grupos focales del taller.
Actividad 3 – Cómo es mi barrio ¿Lo puedo mejorar?
Propósito: Conocer la percepción que tienen los niños sobre las cualidades espaciales, funcionales y simbólicas del espacio público de su barrio, para así obtener unas “categorías” o temáticas comunes que definan sus necesidades e intereses.
A partir de una serie amplia de fotografías de distintos lugares del barrio, se pide a los participantes, que señalen sobre la fotografía con convenciones de color las cosas que no les gustan, y con otro las cosas que sí. Luego dibujarán sobre acetatos los cambios que sugeren a estos espacios.
Los intereses van variando según la edad y la capacidad de imaginación. Los adultos imaginan pocos cambios (por la “desesperanza aprendida”). Los adultos mayores hicieron el ejercicio fueron pocos, un 10% del grupo, otros preferían decirlo, en gran parte por el temor a dibujar; otros no querían sentarse a “soñar” pensando que nada de eso iba a pasar, como ya les había ocurrido en otras ocasiones. Los niños por su parte estaban muy dispuestos a cambiarlo todo y a ser muy críticos.
Resultados:
Casi en el 80% de los adulto mayores que dibujaron pusieron elementos relacionados con la señalización de las vías en las normas básicas (reductores, pasos de cebra, semáforos, paraderos, etc), y las “abuelitas” proponían parques.
Por su parte los niños tenían una mirada más crítica, y no les gustaba el entorno en el que vivían, que encontraban “sucio”, “inseguro por ñeros o drogos” “feo y sin plantas”, así como les molestaba en gran parte los grafittis, nombre que le daban a los Bloods o marcas de pandilla. Para los más pequeños, las escaleras tan empinadas y sin ningún tipo de seguridad les producía miedo.
En los dibujos aparecen por lo menos en un 40% de ellos “los ñeros”, referido a personas que consideran consumidoras de narcóticos y/o posibles “ladrones”. El tema de basuras y excremento de perro era algo que les fastidiaba profundamente y siempre lo señalaban.
En los dibujos de los niños y de los adolescentes, casi en un 95% hay interés por llenar de “más alegría” las calles con de colores, flores, árboles, etc.
Actividad 5_Lo que tenemos en común
A partir de la revisión de los dibujos, se definieron cuatro temas de interés y a partir de ellos se volvió a preguntar a los niños cómo valorarían, ya no el barrio en general, sino los trayectos que se identificaron como recorridos comunes. Si bien los resultados son similares, hubo algunas variaciones.
Los temas fueron:
– Belleza: entendido como la armonía y confort del entorno. Acá se incluye temas de jardines, árboles, acabado de las fachadas, aseo y en general el concepto de “belleza”, asociado con el bienestar del niño.
– Movilidad en el espacio público: a partir de aquellos dibujos que tenían interés en el mejoramiento de andenes, escaleras públicas, las cuales consideraban altamente riesgosas para niños y madres con bebes. También se encuentra el tema de señalización vial.
– Mobiliario del espacio público: producto del reiterado interés por poder encontrar en el espacio público bancas, iluminación, juegos, paraderos. Interesante en este tema que los niños no planteaban muchas necesidades, en gran parte porque desconocían totalmente las posibilidades cualitativas que tiene el espacio público.
– Seguridad /vulnerabilidad: sobre lo relacionado con pandillas, venta de drogas y robos.
Actividad con alumnos de Primaria y Secundaria. No participaron los adultos mayores.
Diagnóstico con la rueda de problemas a resolver en el barrio.
Belleza fue el tema más elegido por todos. En cambio, no era tan mencionado cuando se habla de los problemas de barrio, donde casi que mecánicamente citan la inseguridad.
Mientras los jóvenes tenían preocupación igual por la fealdad de las fachadas, los jardines, arborización y basuras, para los niños de 3ª de primaria el tema de mayor preocupación eran las basuras casi en un 45%, seguido por 30% aprox que consideraban que las fachadas sin terminar, con bloods o sencillamente sucias eran de su desagrado.
No consideraban el mobiliario una preocupación real frente a los otros temas. Sólo un 30% lo tuvo en consideración. Y como era de esperar los más pequeños querían juegos para niños, en un abrumador 100%. Para los chicos de secundaria, la preocupación aparecía con la necesidad de sillas e iluminación.
Diagnóstico con la rueda de problemas de los alumnos de 8º. Les preocupa más los problemas sociales, luego los de movilidad, iluminación nocturna y el arbolado.
Actividad 6_Los amigos del jaguar
Propósito: Conocer de forma individual las necesidades de los niños en el recorrido, no solo espaciales sino también emocionales. Entendiendo que la vivencia sobre el espacio público es integral y requiere componentes físicos, espaciales, de actividad y significantes para su verdadera apropiación.
El ejercicio se realizó con los estudiantes de ambos grados. Consistía en moldear personas relacionadas Primera Infancia o que ellos encontraran en el recorrido identificado previamente. Podían incluirse ellos mismos con sus hermanitos o madres. Luego los ubicaban en el plano para que visualizaran cuánta diversidad. Posteriormente se les pide que dibujen un entorno definiendo cuál sería el ambiente circundante público necesario para su bienestar en los lugares elegidos para el cambio. Finalmente, juntar todas las figuritas y sus ambientes necesarios para el bienestar. Analizar cuáles son necesidades comunes y cuáles son particulares.
Resultados:
Tras moldear las figuras se ubican sobre el mapa. Fabiola Uribe, directora de Lunárquicos, comenta con los niños el porqué de esas ubicaciones.
Madre e hija caminando por el barrio.
Los personajes de la vida cotidiana están moldeados, el espacio público que satisface sus necesidades está dibujado.
Mamá embarazada con paraguas.
Mamá y bebé en entorno a su favor. Las frases indican problemas para resolver.
Mamá con bebé a bordo.
Señor en silla de ruedas cruza la calle por el paso zebra.
Juntamos todos los personajes y sus espacio públicos: síntesis del buen barrio.
Actividad 7_Vamos al grano
Las asistentes confirmaron primero la dispersión y multiplicidad de centros y organizaciones que atienden a la Primera Infancia en el barrio. Luego procedieron a señalar problemas y posibles soluciones sobre el plano.
Resultados:
Uno de los planos, con los problemas principales a resolver en las rutas cotidianas de la Infancia.
Las calles que rodean al Colegio Las Acacias. Las señoras plantearon soluciones para reducir la velocidad del tráfico, paliar la inseguridad que rodea al colegio con el micro-tráfico de drogas… Una señora lo dijo claro: de nada sirve que pongamos esto y aquello si no educamos a los propios alumnos del colegio para que respeten y cuiden lo que es de todos.
6. El Corredor del Jaguarcillo, un mapa del espacio público.
La Primera Infancia vive en tres polos cotidianos: 1/ el hogar propio o de familiares cuidadores, 2/ los centros de atención y formación, 3/ los espacios de la imaginación (jardines, huertas, ludotecas, bibliotecas, centros culturales, museos…). El pequeño y sus cuidadores quieren moverse con tranquilidad entre los tres polos.
El mapa-esquema representa los tres polos y los caminos (líneas de puntos) que los unen: el Corredor del Jaguarcillo. El naranja es el espacio público que construimos entre todos con nuestra voluntad y acciones, donde todo ciudadano disfrutara a cualquier hora y con quien quiera.
El Corredor del Jaguarcillo y su espacio público en Las Acacias tiene claras insuficiencias que alteran la seguridad de los pequeños y sus cuidadores. Hay que arreglarlos para mantener «ecosistema» del jaguarcillo. ¿Cómo? Con intervenciones: 1/ físicas en el espacio (relativamente fácil de hacer), 2/ sociales que afectan a las redes de procesos comunitarios (cambios de gran complejidad).
El mapa-esquema señala intervenciones posibles donde los vecinos se transforman en los «guardabosques del corredor» creando un entorno educativo y social que invita a los niños y sus cuidadores a participar y fortalecer sus lazos con la comunidad, a encontrar interés en vivir la calle y a recuperar la capacidad de sorprenderse con su entorno.
Antes de despedirnos, una observación. El barrio casi no tiene espacios de la imaginación: jardines y otros espacios públicos adecuados donde las madres se sienten a jugar con sus hijos, centros culturales y bibliotecas donde explorar mundos, escuelas de arte para que la infancia desarrolle la expresión… Los espacios de la imaginación son los pulmones de la comunidad, donde el individuo construye la narración de sí mismo y de su pueblo.
«El Corredor del Jaguarcillo». Fuente: Lunáquicos & Osa Menor.
Notas 1, 2, 3, 4, 5, 6: Gráficos de la tesis de maestría «La rebelión urbana: Ciudad informal y mejoramiento integral de barrios, dos realidades de la producción del espacio urbano residencial para la población de bajos ingresos en Bogotá (2000-2016). Un análisis a partir de la producción reciente de vivienda informal y la implementación de la política de mejoramiento integral de barrios de la SDHT en Bogotá», del economista Juan Diego Saldaña Arias. Maestría de Urbanismo de la Universidad Nacional de Colombia. http://www.bdigital.unal.edu.co/52032/1/1018415212.2016.pdf